El ajedrecista cubano Lázaro Bruzón se desveló la víspera con una pregunta que muchos internautas se han hecho al igual que él: “¿a qué edad se retiran las ciberclarias?”.
Al parecer, estos animales andan de cacería incluso a altas horas de la noche y han hecho escala en el muro de Bruzón, quien ha lanzado críticas contra el gobierno cubano, lo cual justificaría la atención del Ministerio del Interior (Minint) y sus allegados.
El Gran Maestro publicó en noviembre de 2019 un comentario crítico sobre el régimen, al que acusó de “proyectarse (...) como el protector de una mayoría aplastando a una minoría, reduciéndola a cero”.
En 2018 Bruzón fue expulsado de la preselección nacional de ajedrez y de la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento “Giraldo Córdova Cardín”, pues, según la Comisión Nacional de su deporte, incumplió la orientación de tramitar ante ese centro docente un viaje por motivos personales a Estados Unidos.
En septiembre de 2019, firmó la carta abierta de los profesores y estudiantes cubanos a favor de “una universidad libre de discriminaciones por motivos ideológicos”.
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Las ciberclarias a las que alude “no son más que jóvenes que reciben beneficios por crearse cuentas falsas en las redes sociales para comentar o publicar a favor del régimen”, como las definió un joven estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), entrevistado por Cubanet para conocer de primera mano de dónde provienen, cómo las reclutan y quiénes son en realidad.
“Muchas ciberclarias son de la UCI, aunque también hay agentes de la seguridad trabajando en esto. La forma de pago mayormente es tiempo de conexión, recargas de celulares así como planes de datos para el uso del Internet 3G. Pertenecer a las filas de las ciberclarias puede brindar incluso privilegios como estudiante”, agregó.
En el Minint prefieren un nombre más acorde con la misión de esa famosa dependencia del Estado cubano: “cibercombatientes”.
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“Nosotros no atacamos ni hackeamos las cuentas en las redes sociales ni los sitios webs, solo estamos pendiente de lo que se publica sobre Cuba en Internet. Lo que hacemos es revisar continuamente las matrices de opinión y en caso de que sean negativas, ripostamos con los cibercombatientes”, confesó a El Estornudo un oficial del Minint que prefirió el anonimato.
Rodríguez tiene tres perfiles en Facebook. El real: donde no publica casi nada y que solo utiliza para no perder el vínculo con sus amigos que se han ido del país. Y dos falsos: “que con ellos defendemos las posturas de Cuba a quienes intentan denigrar la imagen de la Revolución”, detalló el artículo.