A partir de este domingo 13 de marzo, Cuba adoptará el horario de verano, por lo que a la medianoche de esta jornada se debe adelantar una hora en los relojes.
El Ministerio de Energía y Minas de la isla explicó que la estrategia del cambio de horario es una práctica internacional con gran incidencia en el ahorro de energía, en tanto permite aprovechar más la luz diurna a lo largo de la jornada y reducir significativamente la demanda energética de la hora pico, al no coincidir en gran medida la cocción de alimentos con la iluminación.
La agencia Prensa Latina refiere que la medida también contribuye a la reducción de la tarifa de electricidad para beneficio de los consumidores.
La Oficina Nacional para el Control al Uso Racional de la Energía (Onure) recordó que el habitual cambio de horario se implementó a escala mundial en 1974 para aprovechar mejor la radiación solar y contribuir al ahorro de hidrocarburos y otros combustibles utilizados en la generación eléctrica.
Statista señala que menos del 40 por ciento de los países del mundo ajustan la hora actualmente, aunque más de 140 han aplicado el cambio horario alguna vez en el pasado.
“El objetivo original de la medida era hacer coincidir las horas de actividad con las de luz solar, para aprovechar las horas de luz natural, limitando el uso de la iluminación artificial y la calefacción. Pero su eficacia es ahora cada vez más discutida y los críticos también señalan posibles efectos adversos para la salud”, refleja la web especializada en estadística.
Varios países latinoamericanos tuvieron dos cambios anuales de horario en el pasado pero, a diferencia de Cuba, pocos los conservan en la actualidad, como sucede en África.
Países de la Unión Europea y los Estados Unidos mantienen la práctica, aunque en fechas distintas y con la excepción del estado de Arizona.