Elizabeth Peña Turruellas, directora nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar en Cuba, afirmó en un programa televisivo transmitido este fin de semana que se “se desperdician muchos productos” en la isla, pero lo atribuyó a la “incultura alimentaria” de los cubanos.
“El tema estratégico más atrasado que tenemos nosotros es el tema de ir elevando la cultura alimentaria, trabajar los sistemas de educación, de cultura, de ciencia e innovación, de ir introduciendo en el país nuevos hábitos alimentarios porque se desperdician muchos productos”, dijo Peña Turruellas, doctora en Ciencias Agrícolas, en declaraciones al programa oficial Agrocuba.
Según la funcionaria castrista, un problema fundamental respecto a la comida en la isla es “que tenemos una incultura alimentaria”. Peña Turruellas es jefa, además, de la oficina encargada de llevar adelante un “Plan nacional de soberanía alimentaria y educación nutricional (Plan San)”, proyecto aprobado en julio de 2020, y que ella atribuye a una decisión “muy sabia y muy estratégica” del presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Elevar la “cultura alimentaria” sería uno de los objetivos principales del Plan San, pero Peña Turruellas no aclaró si piensan elevar la producción de alimentos, escasos en todo el país y a precios muy elevados. La funcionaria se refirió al fallecido dictador Fidel Castro como responsable de “los primeros pasos para garantizar la soberanía alimentaria del país”.
La directora nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar señaló que el gobierno se apresta para aprobar la “Ley de Soberanía y seguridad alimentaria y nutricional”.
Los funcionarios del régimen cubano niegan públicamente la crisis alimentaria en Cuba, mientras los ciudadanos son azotados por la escasez en casi todos los rubros y los altos precios de la poca comida disponible. En octubre de 2021 Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, aseguró en una entrevista publicada por NBC News, de Estados Unidos, que en la isla no hay “hambre” ni “pobreza extrema”.
Lea también
A la pregunta de la periodista Andrea Mitchell sobre las causas de las masivas protestas antigubernamentales del 11 y 12 de julio de 2021, el canciller reconoció que “las condiciones económicas son muy difíciles para los cubanos”, pero negó que sea “la situación típica del Sur o del tercer mundo, porque no tenemos hambre, ni extrema pobreza, ni desempleo sin protección social”.
En cambio, según el último informe del Observatorio de Derechos Sociales (ODS), el 70% de las familias cubanas vive “por debajo del umbral de la pobreza del Banco Mundial”, con un promedio menor por hogar a 3.8 dólares al día. Si se divide un hogar entre tres miembros, cada uno subsiste con 1.28 dólares diarios, según explicó Yaxys Cires, director de estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
Un informe publicado en 2020 sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, contemplaba que las causas de la “caída drástica del nivel de vida” en Cuba son, entre otras, la fallida política económica del régimen, la ausencia de reformas estructurales y la venta de insumos en dólares americanos, donde productos básicos como la leche polvo pueden llegar a costar entre 65 y hasta 289 dólares.
Rodríguez minimizó también las protestas ocurridas en más de 60 localidades del país, donde los cubanos pidieron “libertad”, el fin de “la dictadura” y expresaron quejas por la falta de alimentos, los cortes de energía y el manejo de la pandemia de coronavirus por parte del régimen.
Según el alto funcionario diplomático, muchos de los que se manifestaron pacíficamente habían sido “manipulados” por grupos con sede en Florida que estaban difundiendo “desinformación” en línea contra el régimen. Pero reconoció que la gente tenía “ansiedad” por la situación económica.
En cambio, una encuesta de 2020 refleja mucho más que "ansiedad": el 77% de los cubanos manifestaron que sufren escasez severa o moderada y el 42% afirmó tener “problemas para comprar lo más esencial para sobrevivir” , una realidad que afecta desproporcionadamente a personas de la tercera edad, aquellas que padecen enfermedades mentales y a menores de edad.