El médico cubano Marcos M. Forte vivió algo único el pasado viernes cuando comía en el hospital donde trabaja, luego de haber participado como anestesiólogo en tres operaciones.
En la comida que le sirvieron, específicamente en el picadillo, halló una uña postiza, un extraño condimento o el resultado de una negligencia que no cree sea superado por nada que le pueda pasar en otra jornada de guardia.
Forte narró en su blog “Entrega de guardia” que le tocó para la cena “un clásico hospitalario”: “arroz, sopa-chícharos, picadillo, un muslo de pollo. Y fufú. Y agua”.
“Estoy masticando, cuando siento algo raro. Localizo con la lengua y hago especie de palpación contra el cielo de la boca del objeto y mediante los dedos lo extraigo: una uña postiza”, detalló.
En opinión del galeno, se ha normalizado tanto “la falta de todo” en Cuba, que no fue hasta pasados unos minutos que él calculó en toda su magnitud la “gigantesca asquerosidad” que representa lo que le sucedió.
“No soy una persona particularmente escrupulosa, pero no pude seguir comiendo. Creo que cualquier cosa que pase de ahora en adelante en esta entrega, difícilmente supere esto”, afirmó.
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Forte comentó lo sucedido en su grupo familiar de WhatsApp y su esposa observó dos elementos dignos de destaque en torno a la mujer que cocinó o sirvió la comida.
“Primero, la falta de sensibilidad al no sentir que la uña se había desprendido. Y segundo, la falta de todo, si sintió que la uña se cayó, al no retirar ese picadillo e informar lo que pasó, o buscarla… No sé. Cualquier cosa antes que pasara lo que pasó”.
Tras el insólito suceso, Forte siguió con su rutina de guardia hospitalaria y tuvo que participar en otras dos operaciones.
Según detalló en su blog, la primera fue a un paciente que no pudo sobrevivir a lesiones complejas en una de sus piernas y presentaba también trauma craneoencefálico, y la segunda a un caso tradicional de apendicitis, que fue operado con éxito.