Al menos 724 personas fallecieron como consecuencia del terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter que se produjo este 14 de agosto cerca de la costa sur de Haití, informó el director del servicio de Protección Civil del país caribeño, Jerry Chandler.
El departamento Sur fue el más afectado, con 160 muertos, mientras que 100 personas fallecieron en el de Grand’Anse, 42 en Nippes, y dos en Noroeste.
El número de víctimas mortales y heridos, que suman 2800 hasta el momento, se estima sea mayor dados los enormes daños materiales y estructurales provocados por el movimiento telúrico, que recuerda el fatídico terremoto sufrido por el país, el más pobre de América, en enero de 2010.
Aquel fenómeno, con una magnitud de 7 grados, dejó 300 000 muertos, igual número de heridos y 1,5 millones de damnificados.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, dijo que la situación del país tras el terremoto de este 14 de agosto es “dramática”.
El gobierno declaró el estado de emergencia por un mes, mientras la nación se recupera de los daños provocados por el sismo. Además, Henry convocó “al espíritu de solidaridad y compromiso de todos los haitianos” para enfrentar “esta dramática situación que vivimos actualmente”.
El sismo, agregó el funcionario, causó “enormes daños” en el sur del país, por lo que todo el equipo del Gobierno se ha movilizado “para adoptar urgentemente todas las medidas necesarias” y para evaluar “la situación en su conjunto”.
El primer ministro dio también su pésame “a los padres de las víctimas de este violento terremoto que provocó varias pérdidas de vidas humanas y daños materiales en varios departamentos geográficos del país”.
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Con una profundidad de 10 kilómetros, el sismo se registró a las 8:29 horas del 14 de agosto y fue perceptible en toda La Española y varios países del Caribe como Cuba, Jamaica, Puerto Rico y Bahamas. Su epicentro estuvo a 12 kilómetros al noreste de Saint-Louis du Sud, comuna haitiana situada en el distrito de Aquin, del departamento del Sur.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) emitió una alerta de tsunami que levantó después tras determinar que pasó la amenaza de que se produjese ese fenómeno.
La agencia había calculado que el tsunami podría alcanzar las costas de Puerto Príncipe, las de la ciudad sureña de Jacmel y las de Jérémie (suroeste), pero luego cambió sus previsiones y se limitó a aconsejar la mantención de la vigilancia al mar por si hubiera en las próximas horas “fluctuaciones menores, de hasta 30 centímetros, sobre y bajo la marea normal”, en zonas costeras cercanas al epicentro del sismo.
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La catástrofe de este sábado en Haití se produjo poco más de un mes después del asesinato del presidente Jovenel Moise a manos de un comando armado, hecho que impactó a un país continuamente angustiado por la pobreza, la creciente violencia de bandas criminales y la pandemia de COVID-19.
Los reportes preliminares de pérdidas de vidas humanas, personas heridas y damnificadas, saturación del frágil sistema sanitario y severos daños estructurales han motivado rápidos pronunciamientos de la comunidad internacional.
Jefes de Estado y de Gobierno, así como políticos y personalidades influyentes del mundo entero han mostrado su apoyo y solidaridad con el país caribeño, tal y como sucedió en 2010, cuando el apoyo mundial fue vital para la recuperación.
En este sentido, el presidente Joe Biden autorizó una ayuda “inmediata” de Estados Unidos para Haití, según anunció la Casa Blanca. El mandatario nombró a la administradora de la USAID, Samantha Power, como coordinadora del esfuerzo.
Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, instruyó enviar ayuda solidaria al país caribeño para colaborar con los estragos del siniestro.
"Lamento el sufrimiento de nuestros hermanos de Haití. Ordené preparar ayuda de inmediato a la Coordinación Nacional de Protección Civil y a las secretarías de Relaciones Exteriores, de Marina y de la Defensa Nacional", escribió en Twitter.
*Foto: EFE