Paulina Velásquez, de 15 años, había estado en coma inducido a finales de julio después de dar positivo a la prueba del COVID-19.
Luego de dos semanas de estar conectada a un respirador artificial, la adolescente se continúa recuperando en una sala del hospital Broward Health.
“Es definitivamente real”, dijo la joven haciendo referencia a aquellas personas que aún no quieren ser vacunadas contra el virus.
“Estaba asustada, no podía respirar y me dolía la espalda”, continuó la niña. Junto a ella estaba su madre Agnieska Velásquez, quien también contrajo la enfermedad, pero no presentó síntomas.
A diferencia de su hija, Agnieska si estaba vacunada, por lo que se le permitió acompañarla en la unidad de cuidados intensivos.
“Estas últimas semanas fueron muy difícil para mí. El virus no es un juego, es una enfermedad muy poderosa”, dijo la madre.
Basada en su experiencia, la familia compartió un mensaje con el resto de las personas que aún no quieren ser inmunizadas contra el COVID-19.
“Por favor, vacunen a sus hijos y vacúnense ustedes también, usen mascarillas. No pasen por lo mismo que pasó mi familia”, expresó Agnieska.
Afortunadamente, la adolescente respondió a los tratamientos médicos, aunque todavía no ha podido mantenerse de pie por su propia cuenta.
“La fisioterapeuta me sugirió usar un andador, con el que pude caminar alrededor de la cama unas tres veces”, agregó la joven.
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A finales de julio, Paulina fue internada en el Broward Health, en Fort Lauderdale, donde los médicos aseguraron que la adolescente se deterioró rápidamente tras dar positivo al virus y apenas podía caminar por sí misma hasta la sala de emergencias.
El padre de la joven, Orlando Velásquez, había explicado que la menor comenzó a sentir fuertes dolores de oído y de garganta unas semanas atrás de ser trasladada de emergencia al hospital.
A pesar de que la familia tenía planes para vacunar a la niña, el virus la alcanzó primero y cobró fuerzas, principalmente por estar entre los pacientes no vacunados.
Los especialistas indicaron que ambas fueron parte de los muchos casos que surgieron luego del descubrimiento de la variante delta en el sur de Florida.