“Las personas gritaban y pedían ayuda”. Esa fue lo último que recuerda Steven Rosenthal, un sobreviviente de la tragedia ocurrida el 24 de junio en Surfside y que ha entristecido a EE. UU. y a muchas personas en el mundo.
Rosenthal tuvo la suerte de vivir en uno de los apartamentos que no cayeron durante del derrumbe, pero poco le faltó para quedar sepultado entre los escombros. El de su vecino, al otro lado de la pared, se desplomó completamente.
Según dijo a Telemundo, en la madrugada escuchó el estruendo y se levantó. Una nube de polvo cubría todo el pasillo del edificio; cuando se disipó no había nada: el ala contigua había desaparecido y sólo veía cascajos y el cielo.
Como tantos otros, Rosenthal fue rescatado por los bomberos desde su balcón esa misma mañana. Entonces vio la solidaridad de la comunidad, que rápidamente comenzó a socorrer a los sobrevivientes.
“Uno escucha esas historias y las ve en la televisión ‘la comunidad salió adelante, los vecinos ayudaron a todos’ pero no las comprende. Yo las entendí ese día”, declaró el hombre en referencia a la movilización de voluntarios.
Este domingo el conteo de fallecidos se elevó a nueve con el hallazgo de cuatro cuerpos entre los restos del inmueble. Mientras, son 152 las personas que continúan desaparecidas, informaron las autoridades del condado Miami-Dade.
El sábado se identificó el cuerpo de tres de los fallecidos, entre ellos la pareja de cubanos conformada por Antonio Lozano (83 años) y Gladys Lozano (79 años), residentes del apartamento 903 del condominio Champlain Towers South.
Stacie Fang, de 54 años, el viernes fue la primera víctima identificada tras el colapso del edificio. La mujer era la madre de Jonah Handler, de 15 años, quien fue rescatado de los escombros.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió ayuda federal al sur de la Florida tras el colapso del edificio. Al mismo tiempo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una declaración de emergencia, que despeja el camino para que el estado reciba la asistencia de Washington.
Si bien no hay una palabra oficial al respecto, se calcula que será necesario demoler la parte del edificio que no colapsó. Inclusive es probable que haya que derribar la torre que se encuentra al lado de la colapsada, reportó Infobae.