Mientras el régimen cubano no articula ninguna política gubernamental que minimice la profunda escasez y desabastecimiento de alimentos, productos básicos, medicinas; las instituciones médicas cada vez son más ruinosas y aumenta en la Isla la represión policial, violaciones de derechos humanos y la falta de libertades; miembros de la sociedad de civil proponen iniciativas orientadas a poner fin a la dictadura más longeva del hemisferio occidental.
La dramaturga y editora Massiel Rubio, exiliada en España, compartió en su perfil de Facebook, propuestas de cómo enfrentarse al régimen cubano a partir de acciones específicas que pueden realizar quienes viven en el país y los exiliados.
“Mis amigos preguntan: «Tú qué harías si estuvieras dentro». «Tú qué harías si estuvieras fuera». «Cómo se para a esta gente». «Cómo se hace para derrocarlos sin poner nuestra vida y seguridad en riesgo constante». El Gobierno cubano es una dictadura y a la vez un monopolio. Las dictaduras han sido derrocadas de muchas maneras, pero los monopolios, en los tiempos que corren, necesitan ser destruidos mediante competencia, cese de compra y cese de producción. Y si este monopolio se tambalea porque ha trabajado mal, muy mal, la oportunidad de darle el último empujón está en manos de la gente que lo mantiene”, inicio señalando la joven cubana, activista a favor de la democracia en la Isla.
Masiel advirtió en su publicación que un problema con el que habría que lidiar sería: “la dualidad dictadura/monopolio, y es el control militar de la primera y el miedo que tienen aquellos que mantienen la segunda”.
“Por eso, hay que hacer la guerra del silencio, la disidencia del que no grita ni se pone en riesgo, la revolución de la economía y no la de los gritos, que nadie pueda acusarte de conspirador, disidente, opositor, que nadie sepa que estás actuando, desde la tranquilidad y el silencio, para acabar con la empresa del dictador. Tu vida importa”, precisó.
La escritora propuso las siguientes ideas para derrocar la dictadura castrista, presidida actualmente por el designado del general Raúl Castro, el mandatario Miguel Díaz-Canel. Compartimos íntegramente las propuestas publicadas por Rubio:
Si estás dentro
- Evita lo más que puedas comprarle productos al Estado ni de las tiendas en MLC (ropa, comida, incluso datos), al menos por un tiempo.
- Compra alimentos a los campesinos de forma directa siempre que puedas.
- Compra ropa a los que la reciben de sus familiares fuera siempre que puedas.
- Cámbiate de tu trabajo estatal a uno privado si puedes o búscate un certificado médico por un mes.
- Pásate a la bolsa negra que genera un flujo de dinero al margen del Estado y crea estrategias de cooperación e información sin contar con los recursos que ofrece el Estado.
- No entregues por nada tu moneda fuerte, si la cambias, hazlo con particulares que necesitan salir del país, no con el Estado (eso en estos 21 días).
- No le pidas a tus familiares fuera que te hagan transferencias, deja que te lleven el dinero en mano o que lo manden con alguien y que siga la moneda fuerte circulando en negro.
- Si eres parte de la bolsa negra, permite recibir pago en cualquier moneda para seguir moviendo el dinero entre cubanos sin intervención estatal y trata de comerciar con lo que se manda desde fuera y con lo que se produce desde dentro de forma independiente. Intenta no alimentar las tiendas en MLC.
- Ahorra datos móviles hasta el máximo por un tiempo, no alimentes a quien te esclaviza.
- Denuncia todas las muertes por negligencia, denuncia todas las injusticias, informa a los tuyos y a los medios (no hace falta que te expongas si no quieres, solo informa sin tener que dar tu nombre y tus señas si tienes miedo, tienes derecho a tener miedo, vives en una dictadura militar y tienes gente que proteger).
Lea también
Si estás fuera:
- Sigue presionando a todas las instituciones internacionales.
- No mandes transferencias bancarias, intenta hacer llegar dinero en efectivo a los tuyos y no cambies tu moneda fuerte si vas de visita, fomenta con tu dinero a la economía sumergida y no compres en tiendas online del estado, fomenta entrega de comida desde campesinos y empresa privada.
- Apóyalos con ropa, medicinas y dinero en efectivo que llegue a manos sin interferencias (se trata de ahogar al Estado, no a la gente).
- No recargues más que lo imprescindible por un tiempo.
- Haz la lucha de la información, la visibilidad, la protesta y respeta la lucha del silencio de los tuyos dentro.
- Denuncia a todos los partidos, organismos e instituciones que financian a la dictadura desde ayudas que no llegan a la gente, explotación de empleados, venta de armamento, etc.
- Denuncia la explotación del Gobierno de los trabajadores cubanos de empresas extranjeras y exige que reciban un pago justo por su trabajo según las normas de la empresa y no del Estado cubano.
- Ayuda a los tuyos a sobrevivir al margen del Estado, a tener autonomía, a ganar poder necesitando cada vez menos recurrir a lo que vende el Estado.
- Fomenta empresas al margen, en negro, coopera con los tuyos y hagan cofradía para que nadie sufra, solo el Estado, para que nadie se asfixie, solo el Estado.
- Por cada cubano que decida parar de financiar al Estado dentro, que haya cubanos que decidan ayudarlos fuera.
Según esta iniciativa, el mercado negro debe fortalecerse como competencia del Estado: “que el dinero se mueva fuera de sus manos, que produzcan los campesinos y que la diáspora les dé formas de aguantar y generar independencia económica. Que el poder esté fuera de sus manos, que no tengan cómo condenarte, que el dinero fuerte no pase por sus arcas”.
“Será imposible sobrevivir totalmente al margen, pero puede hacerse lo más que se pueda. Será difícil, pero no más de lo que lo está siendo. Los que mantienen a la dictadura no son los que ayudan a su familia, son aquellos que siguen alimentado la maquinaria porque es más fácil, por pereza, porque no saben que pueden construirse otros modos”, concluyó la intelectual.
Su publicación desató disímiles reacciones y comentarios. Juan Carlos Rivero, refirió: “Comparto esta estrategia, vamos a ver cuántos se suman, a la dictadura hay que ahogarla económicamente y veremos cuánto aguanta, ya están agonizando, es hora de darle el tiro de gracia”.
Por su parte, Iliana Finnegan, añadió: “La dictadura y el monopolio en sí son una entidad, ambos controlados por militares que también tienen entradas financieras a través del turismo y compra y venta de productos mediante conexiones con países que se benefician de estos 'negocios'. Entre esos países hay varios en la Unión Europea que les conviene continuar con sus inversiones haciéndose los desentendidos utilizando su apañamiento solapado. Sin ir más lejos hay que ver a España como uno a la cabeza aunque salga uno u otro a defender al cubano en el Parlamento”.