El joven cubano Leonardo Romero Negrín, quien fue encarcelado por manifestarse con un cartel con el lema “socialismo sí, represión no”, no tiene el dinero necesario para pagar un abogado que lo defienda.
Según la usuaria Hannah, el joven no tiene cómo pagar el contrato con el abogado y su familia está reuniendo lo necesario para pagar al menos la mitad —desde la fase preparatoria hasta las conclusiones provisionales— luego tiene que hacer otro para el juicio. Romero necesita alrededor de 3000 pesos cubanos.
Romero Negrín participó en la protesta que ocurrió el pasado viernes en Obispo, en apoyo al artista contestatario Luis Manuel Otero Alcántara, que entonces todavía se encontraba en huelga de hambre y sed cerca de allí, en Damas 955.
Pese a tal apoyo a la ideología supuestamente seguida por el régimen, Romero Negrín fue de inmediato maniatado por efectivos policiales y de la Seguridad del Estado, que lo detuvieron y condujeron a la estación policial de Dragones, en Centro Habana, sin que hasta ahora se conozca sobre su integridad física y si está en libertad.
Del caso del joven dio detalles el periodista y comunicólogo José Raúl Gallego. En su perfil de Facebook comentó que Romero Negrín es estudiante de tercer año de Física y que, como puede verse en varios de los videos que circulan de la manifestación en Obispo, sacó un cartel y gritó contra la represión y a favor del socialismo.
Para la periodista independiente Camila Acosta, que un joven que cree en el socialismo haya salido a apoyar al artivista Luis Manuel Otero Alcántara y a los disidentes cubanos, “dice mucho de los cambios que se están generando, de la solidaridad”.
“Ya no se trata ni siquiera de ideologías, sino de humanidad”, subrayó Acosta, impedida la víspera de salir de su domicilio por represores del régimen para evitar que diera cobertura informativa a lo acontecido desde el propio lugar de los hechos.
Tal proceder viola incluso artículos de la constitución del régimen aprobada en febrero de 2019, específicamente el 54 y 56, relacionados con las libertades de pensamiento, conciencia y expresión, y los derechos de reunión, manifestación y asociación que supuestamente el Estado cubano reconoce y respeta para sus ciudadanos.
Lo visto en Obispo no sólo fueron violaciones de esos artículos, sino también más evidencias claras de que en la isla no existen derechos y libertades individuales cuando de política o activismo ciudadano al margen del régimen se trata.