El anuncio del régimen cubano sobre una serie de medidas para “potenciar la producción de alimentos”, entre ellas la autorización a que los campesinos vendan por su cuenta la carne de res que producen –así como la leche y sus derivados–, no despertó demasiado entusiasmo entre los ciudadanos, quienes lo ven como una maniobra de falsa apertura.
Los medios de comunicación oficialistas informaron este martes que, luego de una reunión de Miguel Díaz-Canel y otros jerarcas del gobierno, “se autoriza la venta liberada de leche y sus derivados a partir del cumplimiento de indicadores establecidos por la ganadería, la calidad e inocuidad y el plan de entrega contratada; así como la comercialización de carne de ganado menor y mayor”.
No obstante, el productor privado no puede disponer a plenitud de los animales y de lo que ellos se obtienen, aunque formalmente les pertenezcan. La venta de carne de res, equino y otros reglones ganaderos, solo sería legal “después de cumplir con el encargo estatal y siempre que se garantice que no haya decrecimiento de la masa ganadera”.
“A la dictadura le queda poco, estos farsantes siempre siguiendo la estrategia del engaño y la mentira”, opinó el exiliado Manuel de J. Bestard.
El cubano expresó su crítica en un comentario a una nota publicada por ADN Cuba en Facebook, y añadió: “El pueblo sabe que en Cuba las leyes, decretos, gacetas oficiales etc. que ellos imponen y que todas son de carácter represivo, solo han conducido a que el país esté en picada dentro de un abismo que solamente tiene una vía para poder maniobrar y salir de él, y es que estos tiranos se larguen para que las fuerzas democráticas y de libertad y de respetos a todos los derechos de los cubanos comiencen a generar una nueva Cuba”.
En la misma cuerda de Bestard, otros usuarios dejaron dichas sus objeciones al nuevo paquete de medidas pregonadas por el castrismo. Odalys Valladares escribió: “Eso todo es un cuento, ahora están entreteniendo al pueblo (…), todo va a seguir siendo la misma mier…, la mata hay que sacudirla hasta que caigan todos los frutos podridos, ¡¡¡no hay solución a tantos sueños de mentiras y engaños!!!”
Marilyn Tray señaló que la carne fue “liberada ahora que no hay. Ninguno de ustedes [en el gobierno] sirve para nada. Pero además primero la [carne] de ustedes, y después lo demás, partida de ineptos aprovechados y vividores, aquí todo es el mismo perro con diferente bozal”. Tray también llamó a los castristas como “buitres”.
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Otra cubana, identificada como Lopez Aymme consideró que los dirigentes “son unos desalmados, años destruyendo vidas a personas decentes por el único motivo de comprar o vender carne de res y ahora porque a toda costa lo que necesitan es seguir en el poder y están asfixiados, despenalizan una acción por la que cubanos cumplieron años de prisión”.
Por su parte, Vladimir García señaló que “eso es una estrategia vieja. Siempre la han usando y el pueblo no se acaba de dar cuenta (eso se llama cortina de humo) es para que sigan ahogándose en la miseria”.
Solo una crisis profunda y una volátil situación social, movió a los dirigentes castristas hacia algunos reclamos que han hecho los agricultores y la población durante décadas, y que dichos en cualquier lugar del mundo parecieran una obviedad.
“Es una muestra del poco respeto que siente la cúpula gobernante por el pueblo cubano y lo poco que están dispuestos a ceder aun cuando se encuentran con el agua al cuello”, opinó el periodista y académico José Raúl Gallego, a poco de anunciarse la medida.
“En un ambiente de desabastecimiento crónico, con un descontento e irritación social galopante y a tres días de su Congreso [del Partido Comunista], una de las medidas que lanzan para hacer creer que hay cambios y que las personas estén contentas es que, después de cumplir los contratos de entrega, los campesinos podrán vender la leche y la carne de res que produzcan. O sea, en pleno siglo XXI estos ineptos presentan como un logro lo que en la época medieval podían hacer los siervos luego de que pagaban el tributo a los reyes”.
Al explicar la supuesta apertura, Díaz-Canel dijo: “Confiamos en nuestros productores; en nuestra empresa estatal, que se tiene que fortalecer; en el sector cooperativo; y en nuestro campesinado, porque ustedes son actores que nacieron y se desarrollaron con la Revolución, que se dignificaron con la Revolución, y ustedes también le han aportado a la Revolución”.
Lo cierto es que nada como el castrismo ha sido tan efectivo para destruir la agricultura y el ganado en Cuba. En la isla la carne de res se convirtió en un verdadero lujo que hasta ahora podía costar la cárcel durante varios años a los cubanos, por venderla o comprarla ilegalmente, aunque el régimen ya la ofertaba en algunas de sus tiendas MLC, que venden en dólares.