Campesinos cubanos están indignados por el aumento de la tarifa eléctrica también para ellos, en medio de la llamada "Tarea Ordenamiento", impuesta por el régimen cubano.
Desde este sector lo confirmó, Leonel Capote en Twitter.
"Suben las tarifas eléctricas para el riego agrícola. Otra medida en contra de los campesinos y la producción agrícola. Los campesinos estamos muy indignados", comentó en esa red social.
Capote publicó una imagen de comentarios en Facebook, que muestra lo molestos que están estos trabajadores.
Por ejemplo, Ronel Rodríguez, escribió: "El día que los guajiros se llenen de vergüenza y reclamemos nuestros derechos, entonces empezaremos a trabajar con dignidad... Empezando por mí... Somos carneros de un bulto de energúmenos detrás de un buró y reuniones para no resolver nada".
"Me parece muy exagerado y en contra de la producción", dijo otro usuario.
En el tuit de Leonel también varias personas dejaron sus opiniones sobre esta nueva medida.
La periodista Marta María Ramírez, como consumidora, explicó que "mi hija pide frutas que no existen y los precios de sus vegetales están por las nubes. Quiero darle de comer y que sea saludable".
En mayo de 2020, la Liga de Campesinos Independientes y la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), en su capítulo Cuba, enviaron una carta dirigida al presidente y el primer ministro de Cuba, Miguel Díaz-Canel y Manuel Marrero, respectivamente, en la que piden al estado aceptar con 'suma urgencia' cinco puntos esenciales que podrían evitar que el país caiga en una hambruna severa en el corto plazo.
Las organizaciones afirmaron en su misiva que los campesinos quieren 'ayudar al pueblo'. Para poder hacerlo, sostenían, es menester que el estado y gobierno de Cuba libere la producción y distribución de los productos agropecuarios; permita que los campesinos tengan 'libertad para fijar los precios' de sus productos 'de acuerdo al mercado' y para 'importar y exportar directamente, incluso de Estados Unidos'.
También piden se eliminen por 10 años 'todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos' y se entreguen 'títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas'.
Como es costumbre, las demandas fueron desoídas por el gobierno de La Habana.