El canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó de “injerencia” las declaraciones de condena del gobierno estadounidense y la Unión Europea por la represión contra seguidores del opositor ruso Alexei Navalny.
“Cuba rechaza firmemente los intentos de injerencia en los asuntos internos de la Federación de Rusia y reafirma su solidaridad con las autoridades de ese país”, escribió en redes sociales el funcionario cubano.
En la nota emitida el 23 de enero por el Departamento de Estado, se señalaban el uso de la fuerza, de arrestos preventivos y las violaciones a los principios de libertad de expresión y asociación reconocidos, incluso, en la propia Constitución rusa.
La UE envió emitió declaraciones similares y agregó que reuniría a sus representantes para tomar otras medidas contra Moscú.
El líder opositor se encuentra en prisión preventiva tras ser arrestado el pasado domingo al regresar a Rusia desde Alemania, donde se recuperaba del envenenamiento que sufrió en 2020 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin, según denuncia.
Más de 2000 personas están en la cárcel desde este fin de semana, luego de que las protestas tuvieran lugar en unas 122 ciudades del país. Entre los asistentes había desde estudiantes de educación secundaria hasta personas mayores.
Al menos 40.000 personas se unieron a una manifestación en el centro de Moscú, estimó la agencia de noticias Reuters.
Los observadores dicen que esta fue la protesta más grande en la capital desde las manifestaciones de 2019. Pero el Ministerio del Interior de Rusia redujo el cálculo del número de manifestantes a 4.000.
"Libertad para Navalny" y "¡Putin, vete!" fueron algunos de los eslóganes que corearon algunos de los manifestantes congregados en la plaza Pushkin de la capital rusa.
Navalny, el opositor más conocido de Rusia, lleva más de una década destacando por sus críticas a las políticas de Putin y su campaña contra la corrupción.
A sus 44 años, el opositor reúne millones de seguidores rusos en redes sociales y consiguió que algunos de ellos fuesen elegidos para los concejos locales de Siberia en 2020.
El crítico ha liderado protestas nacionales contra las autoridades, pero todavía no ha sido capaz de cumplir lo que, quizás, es su mayor sueño: desafiar a Putin en las urnas electorales.
Ya lo intentó en las elecciones presidenciales de 2018, pero su candidatura fue vetada después de que un tribunal ruso le condenara por malversación de fondos.
Navalny siempre ha negado vehementemente dichas acusaciones, y asegura que sus disputas legales son represalias del Kremlin por sus feroces críticas.