El canciller cubano Bruno Rodríguez tiene pocos amigos en redes sociales. Este 11 de enero criticó la manera en que EEUU lidia con la presencia de periodistas durante las protestas y le llovió un aluvión de críticas.
“Desde el inicio de las protestas Black Lives Matter en EEUU 322 periodistas han sido agredidos, 121 detenidos y a 76 les destruyeron sus equipos (…). La realidad que escapa de la agenda mediática y la posverdad del gobierno estadounidense es criminalizada y reprimida”, aseguró el jefe de la diplomacia cubana.
Pronto llegaron los cubanos, sobre todo del exilio, en son de protesta. El usuario que se identifica como Jhan Oscar, dijo: “hay que ser descarado para decir eso. Por favor, deje de entrometerse en los asuntos de otro país y analizamos los existentes en Cuba”.
“¡Esta dictadura cubana es cínica! ¿Y qué les hacen ustedes a las Damas de Blanco cuando salen a caminar con unas pancartas?”, comentó Dalila Rojas.
En tono irónico, el periodista Mario Pentón, expresó: “impresionante que Bruno Rodríguez esté preocupado por la prensa estadounidense que tiene todo tipo de libertades...”.
“Esos datos los sabes justamente gracias a la prensa estadounidense. ¿Acaso la prensa oficialista cubana mostró cómo la Seguridad el Estado atacó en el Parque Central a prensa internacional acreditada en Cuba?”, declaró el activista Isbel Díaz.
Sería ocioso y casi imposible compendiar los arrestos ilegales, chantajes, destrucción de equipos, interrogatorios y otras formas de acoso que practica el régimen cubano contra la prensa independiente casi a diario, pues las denuncias aparecen constantemente en estas plataformas.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) señaló a Cuba como uno de los países que más censura y hostilidad muestra hacia la prensa en el mundo.
Entre las mayores limitaciones a los comunicadores, el CPJ mencionó el acoso a reporteros, e incluso a sus familiares. También las detenciones arbitrarias y domiciliarias, la prisión y la aplicación de multas, entre ellas a consecuencia del Decreto-Ley 370 o Ley Azote, como fue bautizada por los activistas de derechos humanos en la isla.
Durante el año, organizaciones como Human Rights Watch, y Reporteros Sin Fronteras han denunciado las graves limitaciones del régimen cubano a la libertad de expresión y prensa.
En octubre, la Sociedad interamericana de Prensa (SIP) durante la clausura de la 76ª Asamblea General de esta organización, recordó que la represión policial se hizo sentir con mayor fuerza en las protestas civiles de junio, julio y octubre.
Muchos periodistas independientes tenían prohibido salir de sus viviendas y eran vigilados. Entre ellos, el informe del SIP destacó el caso de Luz Escobar, Abraham Jiménez Enoa, Ricardo Fernández Izaguirre, Mario Ramírez Méndez y Henry Constantin Ferreiro.
Además de esto, está el control severísimo que ejerce el Partido Comunista —único permitido en Cuba— sobre la prensa estatal y la total impunidad con que difaman y esparcen campañas de descrédito contra los críticos de la dictadura.