Tractor "made in Cuba": difícil de ensamblar y lleno de piezas importadas

Régimen presume de tractores "nacionales", pero el Magric 80.2 es más una máquina ensamblada en Cuba que un producto genuino, debido al gran número de componentes de fabricación extranjera
Después de rechazar a inversores de EEUU régimen presume de tractores "nacionales"
 

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Este 9 de noviembre el oficialista periódico Granma, publicó un artículo donde reseña el desarrollo del prototipo de Magric 80.2, un tractor de producción nacional.

Recordemos que luego de largas negociaciones, el régimen excluyó a la firma estadounidense Cleber LLC de participar en la Zona de Desarrollo del Mariel con un proyecto conjunto que buscaba dotar a Cuba de tractores adaptados a las características de la agricultura nacional.  

La primera máquina que proponía Cleber, presentada en la Feria de La Habana del 2015, funcionaba con petróleo o gasolina, pero un segundo prototipo se movería a partir de energía solar, algo que sin duda abarataría los costos de los productos agrícolas. ¿Cuánto han dejado de producir desde entonces los agricultores cubanos por la negativa del castrismo?

El tractor que presenta el periódico Granma, fue desarrollado por la Empresa Mecánica Holguín Héroes del 26 de Julio (Holmeca) a pedido del presidente designado Miguel Diaz-Canel, según detalla el artículo.

El director de la UEB Fábrica de Implementos Agrícolas 26 de Julio, Juan Carlos Pargas, explicó que para el Magric 80.2 aprovecharon "la experiencia adquirida con la reconstrucción de los tractores YUMZ en los años 90 y la disponibilidad de recursos relacionados con la fabricación de tractolvas", y agregó que en los inventarios tenían el motor, la caja de transmisión y otros agregados.

"Esta máquina se caracteriza por un nivel de integración de acuerdo con nuestras posibilidades tecnológicas. Es la razón por la que cerca del 30 % de los componentes son de producción nacional. Construimos la carrocería, la cabina, las llantas delanteras, el puente direccional, el sistema de izado y arrastre de implementos, los pedales y otros elementos", detalló el directivo.

Una vez sea validado el equipo, "podrían aparecer más partes fabricadas en el país", pero señaló que el palpable envejecimiento tecnológico de las plantas industriales de la rama sideromecánica y de otros sectores "debe amortiguarse con un mayor despliegue de creatividad, empleo óptimo del equipamiento disponible y encadenamientos productivos".

Mientras tanto los campesinos cubanos deben continuar arando con bueyes, o como mejor puedan, y luego, si el Magric 80.2 llega a materializarse, buscar los dólares para adquirirlos, porque lo más seguro es que sea en esa moneda, en la que el régimen lo comercialice.

 

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