Como es sabido desde el 2018 Cuba atraviesa por la peor crisis económica desde la ocurrida en los años 90 del pasado siglo, conocida como "Periodo Especial", luego de la desintegración de la URSS y el campo socialista.
En 2019 las autoridades del régimen afirmaron que la crisis era algo coyuntural, repitiendo la historia del fallecido dictador Fidel Castro a inicios del "Periodo Especial", quien también afirmó que esa crisis era coyuntural; pero la realidad demostró, que en ambos casos la crisis fue y es estructural, pues la economía del castrismo siempre ha sido muy dependiente del sector externo: comercio, turismo y deuda.
A lo anterior hay que sumarle las afectaciones provocadas por la pandemia de la COVID-19, y las sanciones de la administración de Donald Trump.
Al respecto este 3 de noviembre el portal de noticias Cubanet publicó una entrevista que le realizara al destacado economista cubano radicado en España, Elías Amor, quien también es el presidente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
Entre sus opiniones Elías Amor explicó que la economía de Cuba, "según datos recientes de la CEPAL, registra una caída del -8% del PIB, inferior a la media de América Latina y Caribe situada en el -9%. Este derrumbe viene provocado por los efectos de la pandemia y la paralización de la actividad interna y externa. Pero a diferencia de otros países, la economía cubana ya se encontraba en una difícil situación a finales de 2019. De modo que la situación actual ha venido a empeorar los problemas de fondo, que no son otros que los derivados del agotamiento del modelo económico".
Al referirse al impacto de las sanciones del gobierno de Trump contra el régimen de La Habana el economista cubano refirió que dicha administración "ha ido desmontando todo el aparato de beneficios y prebendas que Obama había puesto en marcha hacia el régimen castrista, regresando a una situación como la que había antes del inicio de relaciones entre los dos países. Estas medidas se han dirigido a presionar al aparato militar y de Seguridad del Estado, para alejar los fondos procedentes de EE. UU., que son muchos y muy variados, de sus empresas y negocios. En algunos casos, han tenido éxito, en otros menos.
Argumentando esto, Elías señaló que "Cuba continúa comerciando libremente con todos los países del mundo, recibe inversiones extranjeras e incluso no devuelve préstamos al Club de París, lo que no está al alcance de cualquier país, que habría sido objeto de sanciones de manera inmediata. Incluso, se permite el lujo de comprar carne de ave, cereales y equipamientos médicos a Estados Unidos y pagar al contado. Lo ha estado haciendo durante 2020. Este no es el comportamiento de un país embargado o bloqueado".
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Al ser cosultado sobre la prohibición del envío de remesas desde los Estados Unidos a través de empresas a cargo de los militares, medida que entrará en vigor el próximo 27 de noviembre, Elías dijo:
"Las remesas seguirán llegando a la Isla, ya sea por empresas de militares, o en el bolsillo de las mulas. Un cubano que tiene a su madre o su hermano en Cuba, pasando sacrificios reales, si puede, mandará dinero para que tengan un respiro. Son razones humanitarias. Esto es ético y, además, el caso cubano es distinto al de otros países en los que también existen remesas. La diferencia de la Isla con estos países reside en que las remesas que se remiten no se pueden dedicar libremente, por ejemplo, a invertir en activos, como tierras, negocios o viviendas. Y esto es responsabilidad del régimen. Las remesas tampoco se pueden gestionar por operadores privados, y eso también es responsabilidad del régimen. Siempre es el régimen el que obstaculiza los espacios de libertad económica".
En relación a las posibles acciones por parte del castrismo para hacer frente a esta nueva medida, señaló que "el régimen siempre hace lo que le da la gana, porque no responde ante una oposición parlamentaria y unos medios de prensa libres que lleguen a todos los cubanos, como ocurre en los países democráticos.
En realidad, se ha dado cuenta que necesita las remesas y hará lo que sea para que continúen llegando a la Isla. Buscará otras fórmulas, pero eso en Cuba es complicado, ya que todo el sector externo de la economía está en manos de los militares y la Seguridad del Estado. La solución que yo propongo es liberalizar la gestión de remesas y autorizar a emprendedores privados a tramitar la recepción y entrega de las mismas. Esto será posible con la unificación monetaria y cambiaria, cuando el CUP cotice directamente con el dólar. Es de suponer que el régimen permita a todos los cubanos acceder a los cambios de divisas sin controles. Aquí habría una gran oportunidad para el futuro del sector privado en Cuba.
Al final de la entrevista el economista cubano, respecto a la pregunta de que, si ¿la aplicación de nuevas sanciones por parte del gobierno estadounidense, si Trump es reelecto, podría generar el colapso total de la economía cubana?, contestó:
"El colapso de la economía cubana no depende de Trump, ni tampoco de Borrell, ni de Maduro o Morales. Es inminente, si no hay una reacción de las autoridades. Cuba y su economía se encuentran al borde del precipicio, y eso es responsabilidad del Gobierno. Los cubanos no podrán resistir otro “período especial”, pero se están dando pasos directos hacia dicha situación. ¿Por qué digo esto? Porque el régimen se resiste a abrir espacios para la libertad económica, no entiende que las soluciones estatales, consistentes en más planificación e intervención en la economía, están obsoletas, y que hay que abrir puertas y ventanas para que el sector privado lidere la actividad económica, como en el resto del mundo. Sueño con una Cuba económica libre, que siente las bases para las libertades políticas y democráticas. Si el régimen no admite lo primero, será muy difícil lo segundo. Tenemos que aprovechar la situación actual para que los emprendedores privados cubanos aumenten su poder e influencia".