La policía cubana se mostró muy orgullosa de haber impedido el robo de 3000 kilogramos de cabillas, el equivalente a lo que se necesita para hacer tres viviendas en Cuba, en la provincia Granma. Así lo muestra un video difundido por la televisión oficialista.
Las cabillas se transportaban en camiones del Ministerio de la Construcción. La policía los detuvo y al verificar la carga y los documentos de factura, no coincidían con la orden de transportación. Los conductores intentaron sobornar a los oficiales, pero estos se resistieron y condujeron a ambos ciudadanos a la estación policial más cercana.
El modo de trabajo en este delito incluía a varias personas. La carga procedía de la empresa productora de aceros inoxidables, ACINOX, de Las Tunas, y estaba destinada a la Comercializadora Escambray en Santiago de Cuba.
La policía de Granma detectó además que en la mercancía incautada faltaba parte de la carga que posteriormente fue recuperada en la vivienda de un ciudadano. El coste del material era de 10 CUC por tira de cabilla, lo que sumaba un monto total de 1500 CUC, que no llegaron a ser pagados. Estos receptadores serán acusados por actividad económica ilícita y por cohecho.
La Televisión Cubana informa sobre operativos policiales y la cruzada contra las ilegalidades que impulsa el gobierno de Díaz-Canel desde que se inició la crisis del coronavirus. Apenas el 30 de julio, agentes del orden en La Habana detuvieron a un residente del municipio Cotorro que tenía guardadas en su casa piezas de autos y otros productos por valor de medio millón de dólares.
Tenía, además de su casa, un taller de cristalería ilegal y otros dos inmuebles utilizados como viviendas particulares, bajo prestanombres de su misma familia, con tal de que no lo descubrieran.
En una de esas casas la Policía encontró dinero en efectivo por valor de 15 800 euros, 1100 dólares, 68 000 CUC y 57 000 CUP. Es posible que todo el patrimonio junto de este hombre ascendiera a más de un millón de dólares, según las autoridades.
Tres trabajadores por cuenta propia estaban contratados por el hombre, quienes reparaban autos con las piezas compradas por él. El precio oscilaba entre los 1000 y 1200 USD, dependiendo la complejidad del trabajo.