Fuerzas de seguridad cubanas detuvieron a un residente del municipio Cotorro que tenía guardadas en su casa piezas de autos y otros productos por valor de medio millón de dólares, aseguraron medios oficiales de la Isla.
Tenía, además de su casa, un taller de cristalería ilegal y otros dos inmuebles utilizados como viviendas particulares, bajo prestanombres de su misma familia, con tal de que no lo descubrieran.
En una de esas casas la Policía encontró dinero en efectivo por valor de 15 800 euros, 1100 dólares, 68 000 CUC y 57 000 CUP. Es posible que todo el patrimonio junto de este hombre ascendiera a más de un millón de dólares, según las autoridades.
El jefe de la empresa comercializadora de autopartes en Cuba, Gustavo Reyes, dijo a la prensa oficialista que él no sabía cómo ese hombre pudo adquirir tantas piezas de autos —pueden verse en el video adjunto—. Aunque su duda es válida, bien se sabe que el mercado negro en Cuba tiene su origen en las propias entrañas del Estado, que controla todas las vías de ingreso al país: muelles y aeropuertos.
Lo bueno es que el Ministerio del Interior reconoció que el Estado hacía parte del juego: informaron de facturas trucadas en las que se pudo comprobar que el ciudadano compraba estos productos a “entidades estatales” —sin mencionar cuáles—. Según dijeron, encontraron pagos no concertados y pagos por encima de lo contratado.
Tres trabajadores por cuenta propia estaban contratados por el hombre, quienes reparaban autos con las piezas compradas por él. El precio oscilaba entre los 1000 y 1200 USD, dependiendo la complejidad del trabajo.
Obviamente, la Policía confiscó todos los bienes del ciudadano cubano. Las piezas de autos y refacciones cayeron en manos de Autopartes, la comercializadora antes mencionada.
