Más de 30 000 cubanos solicitan al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocar el decreto emitido en junio para suspender la inmigración hasta finales de año debido a la pandemia de coronavirus.
“Esta proclamación está separando a las familias, muchos niños, padres, cónyuges y hermanos / hermanas que han estado esperando largos años para reunirse con sus familias”, dice la petición en la plataforma We, The People, de la página oficial de la Casa Blanca.
“Solicitamos al presidente Donald Trump que cancele esta proclamación y otorgue a nuestras familias la entrada a los Estados Unidos tan pronto como se abran las fronteras y que no tengamos que esperar hasta el 31 de diciembre de 2020”, dice la petición, que circula en Internet.
El decreto suspende la inmigración por 60 días. Entre las razones dadas, además de la imperiosa necesidad de evitar la importación de contagiados extranjeros, estaba la protección de los empleos estadounidenses en medio de una crisis que aumentó drásticamente el número de personas sin trabajo.
La limitación tuvo excepciones, bien descritas en el documento: las personas que ya contaban con permanencia legal en Estados Unidos al momento de ser emitido el decreto; cualquier extranjero que deseara ingresar con una visa de inmigrante como médico, enfermero u otro profesional de la salud, para realizar investigaciones médicas de cualquier tipo o destinadas a combatir la propagación de COVID-19, así como para ayudar en la lucha contra la pandemia.
También se eximían a cónyuges e hijos solteros menores de 21 años de cualquier de las personas antes descritas.
Dentro de los beneficiados también entraban los extranjeros que solicitaran una visa para ingresar a Estados Unidos de conformidad con el Programa de Inversionistas Inmigrantes EB-5, cualquier persona esposa y esposo de un ciudadano estadounidense, y cualquier extranjero menor de 21 años e hijo de un estadounidense o que sea un adoptado que busque ingresar al país de conformidad con las clasificaciones de visa IR-4 o IH-4.
Otras excepciones: los extranjeros cuya entrada sea importante para los objetivos de las fuerzas del orden público de Estados Unidos, según lo determine el Secretario de Estado, el Secretario de Seguridad Nacional o sus respectivos representantes, según una recomendación del Fiscal General o su designado.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y cualquier cónyuge e hijos de un miembro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Los extranjeros que deseen ingresar al país de conformidad con una visa especial de inmigrante en la clasificación SI o SQ, sujeto a las condiciones que el Secretario de Estado pueda imponer, y cualquier cónyuge e hijos de ellos.
Para el abogado de inmigración Wilfredo Allen, quien ejerce en el sur de la Florida, los efectos de la nueva orden ejecutiva sobre la inmigración cubana son “draconianos”.
Consultado por el Nuevo Herald, dijo que “el proceso de inmigración a Estados Unidos se complica mucho más para los cubanos porque el Programa Parole de Reunificación Familiar, establecido en 2007, lleva años detenido. Muchas de las categorías migratorias afectadas por la nueva medida eran las que tenían miles de personas que llevan años en espera de que su caso se revise”.
La administración Trump suspendió ese programa especial y dejó en el limbo a más de 20 000 familias. Por otra parte, la Casa Blanca detuvo el procesamiento de visas de inmigrantes en su embajada en La Habana después de extraños incidentes de salud que dejaron a decenas de diplomáticos norteamericanos y canadienses enfermos.
A la orden ejecutiva del presidente Trump se suma el cierre temporal por la pandemia del Consulado de Estados Unidos en Guyana que está procesando las visas de inmigrantes para cubanos.
“Hay un porcentaje grandísimo de cubanos que ahora mismo están varados en la frontera que tienen casos legales abiertos de inmigración. La presión dentro de Cuba y la demora del sistema han hecho que arriesguen todo y crucen México para pedir asilo en la frontera”, dijo Allen.