Un ciudadano cubano —que exigió anonimato— relató a medios uruguayos su experiencia desde que salió de la isla hasta llegar a la nación sudamericana, incluida las redes de contrabando de personas y la corrupción de las autoridades aduaneras de ese país.
El ciudadano contó que en Cuba existe un “libre visado a Guyana” que le permite estar en el país durante siete días hábiles de forma legal. “Pero muchos de nosotros emigramos y seguimos brincando frontera para llegar a un país como es Uruguay, que nos permite la entrada”.
Esa travesía desde Guyana la hacen con un “coyote”, quien les cobra 1200 dólares por persona. “Esa plata se le entrega a una persona que nos recibe en el aeropuerto de Guyana y se encarga de ir manejando que otra persona nos lleve a la frontera”, contó.
En la frontera con Guyana, los ciudadanos cubanos toman una avioneta hasta Linden, “ahí nos espera otra persona que es brasileña que nos lleva para una casa, nos atienden y luego nos montan en un ómnibus y luego un taxi hasta Rivera”.
“Nunca nos llevan a la frontera a pedir asilo, esas cosas las hacemos nosotros solos” y agregó que “saltan de frontera en frontera”. “El riesgo que esa poca plata la podemos perder en ese momento en Guyana”, declaró.
Debido a esta situación, varios funcionarios de la Dirección Nacional de Migración uruguaya están siendo investigados. La denuncia la hizo un subcomisario que acusa a varios policías de recibir dinero a cambio de dejar pasar a cubanos que ingresan al país desde Brasil sin papeles, por la frontera del Chuy, Río Branco y Rivera.
Se presume que los extranjeros llegan a Porto Alegre, donde se activa una red de tráfico de personas que involucra a choferes de taxis que transportan a los cubanos hasta la frontera uruguaya, donde se supone que los funcionarios reciben coimas para dejar pasar a los indocumentados.
El caso también está siendo investigado a nivel de Fiscalía, según declaraciones del ministro del Interior, Jorge Larrañaga. Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) no recibió denuncia de la situación irregular del Chuy. Desde la OIM anuncian que los llamados de inmigrantes en Uruguay se multiplicaron por 10 durante la pandemia.