Policías del régimen cubano allanaron el domingo, sin orden judicial, la vivienda de la exfiscal Yeilis Torres Cruz, en La Lisa, La Habana, en busca de documentos e información, según contó ella al diario CubaNet.
El periódico, que informó sobre el allanamiento este lunes 22, dijo que Torres Cruz se había incorporado recientemente a la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), una de las organizaciones opositoras más acosadas y perseguidas en la Isla.
El allanamiento se dio a eso de las 7:00 de la mañana y se prolongó por más de una hora, señaló el reporte. Fue ejecutado por cuatro oficiales del Ministerio del Interior (Minint), dos llegaron uniformados y dos de civil.
Durante el procedimiento ilegal, fue dañado el teléfono celular de la abogada.
Torres Cruz contó al diario que los agentes del régimen le incautaron varios libros de Derecho, pero no emitieron ninguna constancia legal de ello, otra violación al debido proceso.
La exfiscal fue puesta bajo arresto y trasladada hacia Villa Marista, pero siete horas más tarde la liberaron, aunque sin explicarle en absoluto las razones del allanamiento ni de la detención.
Lea también
Sin embargo, estaba claro que fue un acto intimidatorio porque los agentes le advirtieron que “pensara lo que estaba haciendo” y sobre las consecuencias de seguir en actividades contra la “Revolución”.
“Cuando me liberaron solo me dirigió la palabra un teniente coronel para decirme que pensara lo que estaba haciendo, que no había necesidad de llegar a más”, explicó la activista y alertó que el oficial mencionó a su familia y las consecuencias de hacer oposición a la Revolución.
Torres Cruz estuvo dos años cumpliendo su servicio social como fiscal en el Tribunal Supremo, pero cayó en desgracia con el régimen cuando ella tomó un caso controversial y extraditó a una persona a la que el Gobierno quería mantener en Cuba, narró al periódico.
Además, siguiendo su derecho a disentir, se negó a formar parte de Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), entre otros factores.
“Me tocó un caso un poco controversial. Decidí extraditar a un acusado a su país y al parecer era interés del Gobierno que eso no sucediera”, acotó.
Y agregó: “Además, no quería ser miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y estaba en contradicción con las órdenes que recibía, cuando no me parecían correctas. Por eso decidieron castigarme y cortarme las alas”, señaló a CubaNet.