Ketty Méndez Molina, la madre de una niña diagnosticada con autismo y desnutrición, que denunció al régimen cubano por no ayudarlas en medio de la pandemia, es víctima de represalias y acosos por parte de vecinos que apoyan al gobierno castrista.
Méndez Molina, responsabilizó directamente a Miguel Díaz-Canel por todos los problemas que enfrenta actualmente la sociedad cubana, a través de video viral en las redes sociales.
La madre residente en el municipio La Habana del Este detalló que su hija, Jennifer Larrea, necesita atención especializada por el padecimiento que tiene, pero solo ha recibido evasivas de las autoridades sanitarias cubanas, así como de otros funcionarios de entidades estatales.
A raíz de su denuncia, el youtuber y presentador Alexander Otaola, movilizó a la comunidad cubana radica en Estados Unidos para enviar medicamentos y ayuda económica a la familia de Ketty Méndez.
“Quiero que sienta que todo el exilio va a poner todo lo que podamos para que tengan una realidad mucho mejor (…) Dígale a su hija que la ayuda llegará pronto”, aseguró el influencer.
Pero este martes, la periodista María Fernanda Muñoz Sánchez, de Cubanos por el mundo, compartió un testimonio de Ketty Méndez donde la madre cubana denuncia que ella y su familia son objeto de hostigamiento y acoso por parte de vecinos que se identifican como “revolucionarios”.
Según el medio independiente, interceptan a quien se acerque a su casa para ofrecer ayuda, con el propósito de atacar la reputación de la madre y negar las penurias que vive en compañía de su niña.
Los “vecinos castristas” de Méndez “son capaces de hacer cualquier cosa con tal de ganarse un punto”, aseguró la cubana que denunció la desatención de su caso.
Ketty describe que a su sobrina Claudia, una vecina le está haciendo bullying, tanto que no quiere salir de la casa. “Dice que se siente muy mal. Las cosas se están poniendo así de feas”, precisó.
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“Pero esas palabras -refiriéndose al acoso- me han llegado ahora como no eres capaz de imaginar. Por primera vez en mi vida siento paz, felicidad, confianza y una firmeza que nunca había tenido. Nada de lo que digan o hagan me hará retroceder”, aseguró
“Precisamente hoy viene un doctora de nutrición. Estoy esperando que venga, le voy a dar las gracias por tomarse la molestia y le voy a pedir que, por favor, no venga más. No quiero que ahora atiendan a mi hija porque en 22 años no lo hicieron. En estos momentos, si vienen a hacerlo, estoy segura que no es por amor. ¡No es por amor!”, comentó Ketty, explicando además, que “esto no se trata de orgullo, no quiero que se interpretes así, esto se trata de lealtad”.
“Mi niña es tan sensible que capta las cosas ambientales, espirituales… Yo no quiero que nadie toque a mi niña si realmente su corazón no está capacitado con amor. Todo el que va a venir es por lo que está sucediendo [el impacto del mensaje y el apoyo de la emigración]. Ya que están viniendo por ese motivo los estoy rechazando. Ya llegaron tarde”, dijo.
Antes de su denuncia, desde diciembre esta madre esperaba que algún médico valore el estado de la niña. Luego de conocerse que el régimen pediría donaciones personas particulares para la producción de alimentos, Méndez arremetió contra Díaz-Canel:
“Tú eres un saqueador. ¿Cómo te atreves a pedirle donaciones al pueblo que se está muriendo de hambre?”.
Indicó también que su esposo se encuentra actualmente desempleado y con prohibición para laborar porque es pescador. “Lo vieron pescando, lo multaron y lo amenazaron”, afirmó.
Antes de cumplir el año de vida, Jennifer fue diagnosticada con “tortícolis congénita” más una “asimetría cráneo-facial”. Estas enfermedades le deformaron ligeramente el rostro y la posición de la cabeza. Más adelante un neurocirujano del Hospital Naval, al Este de la capital, detectó “una lesión estática en el sistema nervioso central, con retraso mental severo”.
No fue hasta que cumplió los 14 meses que comenzaron las convulsiones, lo que llevó a los médicos a diagnosticarle epilepsia. A partir de este momento, el desarrollo psicomotor comenzó a atrasarse y, con dos años y medio, Jennifer finalmente fue declarada con autismo severo.