Después de promover la pequeña empresa, a pesar de llamarla con otros nombres, el régimen castrista vuelve al descrédito de las PYMES. Un artículo de Granma asegura que no será el centro para la recuperación económica de Cuba, sino la “empresa estatal socialista”, esa antigualla ineficiente.
El Partido Comunista asegura que los pequeños empresarios dinamitarán al régimen por dentro y acabarán con el socialismo, sin llevar prosperidad ni libertad a Cuba.
“El cambio de política que pretendió lograr [Barack Obama] consistió en un recurso ideológico-económico-cultural, dirigido a cimentar la meta geopolítica de lograr un cambio de régimen en Cuba: fue obvio, y autoconfesado, que el objetivo era impulsar la emergencia acelerada de una ‘clase media’ de poseedores privados, a la vez que negaba el mismo apoyo a la esfera económica estatal socialista”, explica el texto.
El razonamiento tiene su poco de verdad: en Singapur, Taiwán, Corea del Sur, el desarrollo del empresariado bajo condiciones de dictadura presionó para acabar con el sistema. Sin embargo, hay experiencias que no condujeron a un cambio de régimen: China y Vietnam.
Entonces, ¿por qué el Partido está tan preocupado por la pequeña y mediana empresa si, al final, bien puede lidiar con ella y seguir siendo el capataz de los cubanos? Quién sabe qué ideas pasan por esas neuronas totalitarias.
La respuesta puede que la tenga el propio autor. Cuando menciona la senda de China al capitalismo, advierte que para ello fue vital el apoyo de Estados Unidos, con créditos, inversiones y cooperación en la arena internacional, pues ambos países tenían un enemigo común: la Unión Soviética.
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Pero China era un país grande, populoso y con armas nucleares, por lo que Estados Unidos nunca pidió allí un cambio de sistema. Con Cuba la historia es distinta y, bien saben en La Habana, el fin del diferendo con la república norteña pasa por echar abajo el vetusto régimen comunista. En efecto, la recuperación económica de la Isla está ligada al fin del gobierno de los Castro.
“Los factores históricos, económicos y geopolíticos que hicieron posible el fenómeno asiático, no son ni serán los latinoamericanos, y mucho menos los de Cuba”. Tiene razón, pero para mal del periódico Granma y su jefe, el Partido Comunista.
Varios economistas cubanos (Pedro Monreal, Carmelo Mesa-Lago y Omar Everleny) han defendido en los últimos días opciones distintas para la Isla. Hacen énfasis en el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y la búsqueda urgente de inversiones. A juicio de ellos, Cuba está al borde de una crisis humanitaria y la tarea de recuperación es urgente.