Luego de que su equipo desaprovechara sus dos primeras salidas de calidad, el lanzador cubano Odrisamer Despaigne consiguió este domingo su primera victoria en el béisbol profesional de Corea del Sur (KBO), en el triunfo de los KT Wiz ante los Samsung Lions (9-2).
Despaigne sacó el primer inning sin problemas, pero abrió la segunda entrada recibiendo doble y sencillo que produjeron la primera carrera de los Lions. Sin embargo, el lanzador de 33 años ponchó a los dos rivales siguientes y completó la entrada sin más complicaciones.
Con ventaja de tres carreras en la pizarra, el derecho de La Habana volvió a trabajar una buena entrada en la tercera, malograda por un error que terminó costando una carrera sucia, la última que los Lions anotarían en el encuentro.
De esa manera, Odrisamer trabajó seis innings completos en los cuales permitió una carrera limpia, cinco jits, cedió una base por bolas y ponchó a cuatro rivales, labor para la cual solo necesitó 98 lanzamientos y significó su primera victoria en la KBO.
Ahora Despaigne ostenta efectividad de 2.65, ha permitido 15 jits y solo ha cedido dos boletos, cifra que se complementa muy bien con su segundo lugar general en ponches totales, con 18.
Hasta el momento, el ex jugador de Industriales y varias franquicias de Grandes Ligas transita por el circuito profesional surcoreano con un éxito inusual para lanzadores cubanos en la KBO.
Anterior a Despaigne, el pinareño Yunesky Maya trabajó dos temporadas con los Doosan Bears en las cuales tuvo registro de cuatro victorias y nueve derrotas en 24 aperturas, con pobre efectividad de 6.58 carreras limpias y un promedio de 10.3 jits por cada nueve entradas.
Un caso similar —más cercano a la situación de Despaigne hasta el momento por la cantidad de partidos— fue el del también habanero Francisley Bueno, quien en nueve partidos trabajados con los Hanwha Eagles, realizó cinco aperturas, con registro de una victoria y tres derrotas y una pésima efectividad de 9.10 carreras limpias.
Hasta el momento, Despaigne ha conseguido tres salidas de calidad, mantiene índices notables en ponches (9.5) y boletos (1.1) por cada nueve entradas, así como un WHIP de 1.000 después de 68 bateadores enfrentados.
Las estrictas y atípicas reglas que la KBO establece sobre la libertad de movimientos de los lanzadores sobre el montículo, así como la tendencia de los bateadores asiáticos a priorizar el contacto y la cuidadosa selección de los lanzamientos, han pesado en contra de sus predecesores Maya y Bueno.
Si bien su record de juegos ganados y perdidos dependerá de la capacidad de los bateadores y picheo de relevo de los KT Wiz, la labor de Odrisamer como debutante en la KBO marcha rumbo a ser la primera actuación exitosa de un lanzador cubano en ese circuito.