Instalaciones y academias deportivas en Cuba podrían pasar a manos privadas “en el futuro cercano”, ante la incapacidad del Estado para mantenerlas en buenas condiciones.
Según Félix Anazco Ramos, reportero del periódico oficial Adelante, el Comisionado Nacional de Béisbol Juan Reinaldo Pérez dijo este jueves en Camagüey que, como parte de la nueva estrategia de trabajo que pretende implementar su organismo, “algunas instalaciones y academias van a pasar a nuevas formas de gestión económica (cooperativas no agropecuarias, TCP [trabajador por cuenta propia] o MIPYMES [micro, pequeña y mediana empresa])”.
El funcionario reveló que el Estadio Latinoamericano, la más importante instalación de pelota en el país, “será el primero en experimentar este cambio en el futuro cercano. El objetivo de este paso es que tengan su autonomía financiera y sean autosostenibles”.
Sayli Sosa, periodista del medio estatal Invasor (Ciego de Ávila), comentó en el post de Anazco Ramos que tiene “la impresión de que nadie sabe qué hacer. Si el dinero de las contrataciones de peloteros en ligas foráneas no alcanza pa mantener estadios, no creo que vendiendo pan con jamón se pueda (incluso con los actuales y futuros precios del pan con jamón)”.
“Esto me suena a 'dale que se nos va el tren de las mipymes'”, añadió Sosa.
Poco ha trascendido de la “nueva estrategia” del Estado para el deporte cubano. Este 21 de octubre, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) publicó en Facebook que “los ingresos destinados a los protagonistas de las series nacionales de beisbol serán diferenciados, en ajuste al rendimiento, como establece la estrategia como respuesta al reclamo emergido durante la toma de criterios que le dio origen”.
En medio de una profunda crisis económica, política y social, el régimen cubano publicó el 19 de agosto, las normativas legales que regirán la creación de las MIPYMES.
El Decreto-Ley No.46 establece que las MIPYMES pueden ser de propiedad estatal, privada o mixta y estarán facultadas para exportar e importar, gestionar y administrar sus bienes, definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en mercados; y operar cuentas bancarias y acceder a cualquier fuente lícita de financiación.
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También podrán fijar los precios de sus servicios y bienes –excepto aquellos cuya aprobación dependa directamente del gobierno–, definir su estructura, plantilla y cantidad de trabajadores y determinar sus ingresos.
Las MIPYMES cubanas pueden estar integradas por uno o más socios, se constituyen como sociedades mercantiles y se clasifican en dependencia del número de personas ocupadas como: micro empresa, cuyo rango de ocupados es de uno a 10 personas; pequeña empresa, de 11 a 35; y mediana empresa, de 36 a 100 personas.
La aprobación para la creación de las Mipymes es dada por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP). Las de propiedad privada solo pueden ser fundadas por personas naturales residentes permanentes en la isla, siempre que sean mayores de 18 años.