La tragedia del pueblo norcoreano tiene episodios que provocan risa, por lo absurdo, pero alertan sobre hasta dónde puede llegar la ficción de un estado totalitario que destruye vidas en la “realidad”. En Pyongyang, a la dinastía de dictadores comunistas le atribuían, nada menos, que el poder de hacer algo parecido a lo que en Occidente entendemos por “teletransportación”. Sí, leyó bien: como personajes de cómics de ciencia ficción o artes marciales.
La semana anterior los medios estatales de Corea del Norte emitieron un informe negando que los líderes del país tengan poderes míticos, lo que ha sido visto como una posible señal de que el joven mandatario Kim Jong-Un está intentando deshacer la deificación de sus predecesores, algo casi imposible de tragar en el mundo moderno.
En Corea del Norte, el actual dictador, su padre Kim Jong-Il y su abuelo Kim Il-Sung disfrutan de un estatus divino creado por un culto a la personalidad impulsado por el estado.
Los mitos oficiales hablan de supuestas heroicidades del clan, e incluso algunas forman parte del plan de clases escolares que imparten a los niños, distorsionando la historia real de la actual realeza norcoreana.
No obstante, funcionarios surcoreanos que analizan los medios de comunicación de su enemigo del norte, creen que desde que Kim Jong-Un llegó al poder en 2011 cuando murió su padre, han disminuido en la prensa de la dictadura las historias de los sobrenaturales poderes de los Kim.
Los cuentos sobre los poderosos en el pobre país incluyen la mistificación oficial de pasajes cotidianos como que Kim Jong-Un fue capaz de conducir un auto a los tres años, o que su padre Kim Jong-Il en su primer intento en el golf, logró un disparo de cinco hoyos en uno.
Pero uno de los más increíbles y extendidos, es el mito de que el abuelo Kim Il-Sung, fundador del régimen, podía teletransportarse y su descendencia heredó la “habilidad”.
Ahora el periódico oficial de Corea del Norte, Rodong Shinmun, reconoció que no es cierto que el primero del clan Kim tuviera la capacidad de usar la técnica chukjibop: “plegar el espacio” como los luchadores que se teletransportan en las películas de ciencia ficción o las de Kung Fu.
Chukjibop, que literalmente significa “método para encoger la tierra”, se describe como la capacidad de moverse rápidamente hacia el punto ciego de un enemigo a una velocidad tan rápida que el atacante parece desaparecer temporalmente. Este concepto de las artes marciales del este asiático se ha atribuido a varias figuras en la mitología china y japonesa.
En la contemporaneidad se representa en los mangas y anime japoneses, o mediante el uso de efectos especiales en las películas chinas de Kung Fu.
En Norcorea, creen que el viejo Kim Il-Sung pudo usar la técnica chukjibop para ganar una batalla contra soldados imperiales durante la época en el país era una colonia de Japón (1910-1945), cuando supuestamente lideraba la guerrilla coreana en el exilio.
“De hecho, las personas no pueden desaparecer y reaparecer doblando el espacio”, reconoció el diario del régimen Rodong Shinmun el miércoles pasado.
El informe habría marcado la primera vez que los medios estatales negaron rotundamente que un mito de la familia Kim fuera cierto, dijo el Ministerio de Unificación de Corea del Sur, citado por Radio Free Asia (RFA), un medio que emite y publica en internet para oyentes del Lejano Oriente que no tienen acceso a comunicación locales, libres y fiables.
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Varios expertos surcoreanos dijeron el jueves a corresponsales de RFA que desde que el joven Kim se convirtió en líder en 2011, los proyectos de propaganda que impulsan el culto a la personalidad cuentan historias más creíbles, porque si los mitos se perpetúan de una manera no científica e irracional, menos personas creerán en la parte más realista de la propaganda sobre la familia Kim.
“Kim Jong-Un ha estudiado en Europa y tiene una forma de pensar europea”, dijo a RFA Yoo Dong-ryul, del Instituto de Democracia Liberal de Corea.
“Así que creo que el informe [de Rodong Shinmun] es el resultado de este cambio hacia el pensamiento realista en los proyectos de propaganda”, agregó.
Por su parte, Kim Hyung-suk, ex viceministro surcoreano, cree que el dictador actual “parece estar tratando de romper el marco establecido. [Todos saben que] chukjibeop no es realista”.
Pero el ex viceministro enfatizó que la negación de chukjibeop no debe ser interpretada en exceso como una indicación de que Kim Jong-Un quiere borrar el legado de los ex líderes del país: “Simplemente mostró que cada problema debe abordarse desde un punto de vista práctico”, dijo.