“Cruel, inhumano y degradante”: denuncian sistema de prisión preventiva en Corea del Norte

Un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW) describe que la tortura, humillaciones, violaciones y confesiones forzadas, son prácticas habituales en el sistema judicial de la dictadura de Kim Jong-un, donde no existe la presunción de inocencia
Kim Jong-un, supremo líder del régimen norcoreano (Reuters)
 

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La ONG Human Rights Watch (HRW) presentó este lunes 19 de octubre, un informe donde se ofrece una descripción detallada del “cruel, inhumano y degradante” sistema de arresto preventivo e investigación previos a la celebración de un juicio penal en Corea del Norte.

“'Valíamos menos que un animal': Abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en Corea del Norte”, se titula el documento, a través del cual es posible conocer que la tortura, violaciones y confesiones forzadas son prácticas habituales en el sistema judicial de la dictadura de Kim Jong-un, donde no existe la presunción de inocencia.

En el informe se detallan “las lagunas del sistema penal y del marco jurídico del país, que resultan en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que son arrestados”, publicó Infobae.

Human Rights Watch (HRW) expuso algunas recomendaciones al régimen norcoreano para “poner fin a la tortura endémica y al trato cruel, inhumano y degradante en centros de prisión preventiva e interrogación”.

En Corea del Norte, acusado de violación a gran escala de los Derechos Humanos, las investigaciones penales concluyen en su mayoría con un tribunal dictaminando penas en cárceles, descritas como colonias de trabajos forzados, diferentes de los aún más temidos y brutales “kwanliso” (campos de concentración para presos políticos).

 

Condiciones inhumanas y crueles castigos

La ONG realizó entrevistas a 46 norcoreanos que fueron detenidos o trabajaron dentro del sistema, a través de las cuales se precisan las condiciones inhumanas que deben resistir los presos, algunos de los cuales no sobreviven al arresto.  

Según los testimonios los principales delitos por los que han sido acusados son: poseer un teléfono chino para comunicarse con el exterior, el contrabando o el ser deportado desde China tras huir del país.

De acuerdo a las afirmaciones de los entrevistados a ninguno se le presentó una orden de la fiscalía para iniciar una investigación de acuerdo a los delitos impuestos arbitariamente.

A esto se suma la existencia de un circuito “cuasi judicial” que depende enteramente del Partido de los Trabajadores, la formación oficialista norcoreana, y que en ocasiones y de manera opaca puede acabar reemplazando al sistema, puntualizó Infobae.

Phil Robertson, vicedirector de HRW para Asia, destacó hoy en la presentación online del informe: El uso de patadas, puñetazos o palos para golpear a los arrestados es continuo y generalizado entre investigadores (para forzar una confesión) o guardias en las cárceles, que hacen “uso sistemático de las posiciones de estrés”.  

Por otro lado, los guardias exigen a los prisioneros pasar horas en determinadas posiciones a veces hasta 16 seguidas, según el informe, donde se precisa además, que si alguno se mueve, él, y en ocasiones el resto de compañeros de celda, son castigados con más represiones: puñetazos, patadas o varapalos.

Cho Chung-hui, funcionario provincial norcoreano que llegó a Corea del Sur en 2011 y que en el Norte fue arrestado preventivamente en dos ocasiones, refirió: “Me golpearon horas y horas. Es sorprendente lo que el cuerpo puede aguantar”.

“Me dolía tanto masticar a causa de todos los dientes que perdí (por las palizas) que le acabé dando la comida al tipo que estaba a mi lado”, recordó.

Los detenidos permanecen hacinados en celdas con nulas condiciones de higiene y sin calefacción para soportar las heladas temperaturas del invierno norcoreano, que en ocasiones alcanzan los 20 grados bajo cero.

El exfuncionario Cho describió su calabozo como “un completo infierno” donde no podía siquiera estirar las piernas al dormir y en el retrete de uso colectivo “la orina se congelaba”, desprendiendo un olor insoportable.

Violaciones sexuales y acoso

El informe de  la ONG Human Rights Watch también denuncia que “algunas mujeres detenidas indicaron haber sufrido acoso y agresiones sexuales, incluidas violaciones” por parte de distintos funcionarios durante su encarcelamiento preventivo.

Una de las entrevistas, que decidió reservar su identidad, “contó que su destino estaba en manos de estos hombres y que no tenía poder alguno para resistirse”, revela el informe. Fue violada por un agente de la policía secreta en el “kuryujang” y otro oficial la acosó y manoseó por encima y por debajo de la ropa.

HRW insta a Pyongyang en su informe a “cesar la tortura endémica y cruel y el trato degradante e inhumano en los centros de detención”. Además, exhorta a Corea del Sur, Estados Unidos y otros miembros de la ONU a “presionar al gobierno norcoreano”, concluyó Infobae en su reporte, realizado con información de las agencias EFE y AFP.

 

 

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