Las senadoras Jeanne Shaheen y Susan Collins propusieron este 3 de agosto mejorar la asistencia federal a funcionarios que sufrieron los supuestos ataques en Cuba conocidos como “síndrome de La Habana” a través de una nueva legislación.
Según Shaheen (demócrata, New Hampshire), la propuesta, denominada Ley de Respuesta a Emergencias de Amenazas Energéticas Dirigidas, plantea que los funcionarios sean tratados con la misma urgencia que cualquier otro estadounidense sin pasar por trámites burocráticos.
Por su parte, Collins (republicana, Maine) dijo que “las lesiones que han sufrido muchas víctimas de probables ataques de energía dirigida son importantes y les alteran la vida. Mientras se concentran en su salud, no deberían tener que luchar contra la burocracia para recibir el apoyo que merecen”.
La citada Ley prescribe la formación de un comité formado por representantes de agencias del Estado para tratar las consecuencias de sucesos excepcionales como los ataques acústicos reportados en Cuba y China desde 2016.
Además, $45 millones en fondos para apoyar la respuesta del gobierno, de los cuales $30 millones serían para gastos médicos y de otro tipo dirigidos al personal afectado.
Cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo, el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan nombró a un alto funcionario responsable de coordinar la respuesta federal. El proyecto de ley Shaheen-Collins codificaría esa posición en ley.
La Administración de Joe Biden realizó una reciente evaluación de inteligencia para determinar qué causó las inexplicables lesiones cerebrales sufridas por diplomáticos y otros trabajadores del gobierno de los Estados Unidos en el país y el extranjero, o por qué las víctimas fueron potencialmente atacadas.
Actualmente no existe un consenso dentro de la comunidad de inteligencia sobre "la técnica, el propósito y a quién se apunta ", en lo conocido como “Síndrome de La Habana”, pero altos funcionarios sospechan que podría ser un intento para recopilar información de los dispositivos electrónicos de empleados del gobierno de EE.UU.
Una de las principales teorías sobre el “Síndrome” es que “las víctimas sufrieron los efectos de intensas ondas de energía electromagnética de dispositivos destinados a extraer información de teléfonos celulares y otros dispositivos personales”, señalaron los funcionarios, según la citada fuente.
En un reciente informe de un comité de la Academia Nacional de Ciencias (NAS, por sus siglas en inglés) se informó que la radiación de microondas “dirigidas” es la posible causa de los ataques.
En diciembre de 2019, un estudio reveló que hubo afectaciones al cerebro de los diplomáticos. La investigación involucró a Mark Lenzi, un funcionario que tenía su lugar de trabajo en Guanzhou, China, cuando en 2017 comenzó a padecer dolores de cabeza, pérdida de la memoria, dificultad al leer y problemas con el sueño.
La resonancia magnética hecha a Lenzi arrojó varios resultados: 20 regiones de su cerebro presentaron volúmenes “anormalmente bajos”, incluidas aquellas involucradas en la memoria, la regulación emocional y las habilidades motoras que pueden correlacionarse con los síntomas de Lenzi, dijeron los médicos.
De las 107 regiones que observaron, también encontraron tres que tenían volúmenes más grandes. Los investigadores dijeron que las partes del cerebro con bajo volumen pueden reflejar una lesión cerebral, mientras aquellas con mayor tamaño podrían ser evidencia de que otras partes de su cerebro han compensado.
Los análisis, sin embargo, no revelan la causa, que sigue siendo un misterio. Con independencia de esto, es difícil asegurar que no hubo “un daño grave en el cerebro de este caballero”, declaró Edward Soll, uno de los radiólogos responsables de los exámenes.