Revelan detalles sobre presuntos ataques sónicos contra diplomáticos de EEUU

La resonancia magnética arrojó varios resultados: 20 regiones del cerebro presentaron volúmenes “anormalmente bajos”, incluidas aquellas involucradas en la memoria, la regulación emocional y las habilidades motoras
embajada de estados unidos en cuba
 

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Médicos estadounidenses publicaron hoy un estudio que revela nuevos detalles sobre los incidentes acústicos contra personal diplomático en Cuba y China. El estudio asegura que hay afectaciones al cerebro de dichas personas.

La investigación involucró a Mark Lenzi, un funcionario que tenía su lugar de trabajo en Guanzhou, China, cuando en 2017 comenzó a padecer dolores de cabeza, pérdida de la memoria, dificultad al leer y problemas con el sueño.

La resonancia magnética hecha a Lenzi arrojó varios resultados: 20 regiones de su cerebro presentaron volúmenes “anormalmente bajos”, incluidas aquellas involucradas en la memoria, la regulación emocional y las habilidades motoras que pueden correlacionarse con los síntomas de Lenzi, dijeron los médicos.

De las 107 regiones que observaron, también encontraron tres que tenían volúmenes más grandes. Los investigadores dijeron que las partes del cerebro con bajo volumen pueden reflejar una lesión cerebral, mientras aquellas con mayor tamaño podrían ser evidencia de que otras partes de su cerebro han compensado.

Los análisis, sin embargo, no revelan la causa, que sigue siendo un misterio. Con independencia de esto, es difícil asegurar que no hubo “un daño grave en el cerebro de este caballero”, declaró Edward Soll, uno de los radiólogos responsables de los exámenes.

Un estudio de julio, publicado por la Revista de la Asociación Médica de EEUU reveló que al menos 40 diplomáticos de Estados Unidos que trabajaban en su sede diplomática en La Habana, y que presuntamente fueron víctimas de algún tipo de “ataque acústico”, presentaban “cambios en sus estructuras cerebrales”.

Basándose en resonancias magnéticas de los afectados, los especialistas compararon los cerebros de los sujetos estudiados –23 hombres y 17 mujeres— con el de personas que no estuvieron expuestos al mismo medio de los primeros.

“Al compararlos con las imágenes de dos grupos de control, los investigadores encontraron ‘diferencias significativas’ entre los grupos en el volumen de la materia blanca y gris del cerebro, en el cerebelo y en la ‘conectividad funcional en las subredes auditivas y viso espaciales”.

Sin embargo, los autores de la investigación anterior señalaron que la importancia clínica de los hallazgos era incierta, y no tenían resonancias magnéticas previas de los pacientes para poder saber cómo estaba su cerebro antes del incidente. Además, estos patrones no se ajustaban a una imagen clara de algún trastorno específico, según los investigadores.

“Nos revelan que sucedió algo, y tenemos que mirar más allá, y eso es todo”, indicó Verma.

Anteriormente, los pacientes describieron haber escuchado sonidos “intensamente fuerte” provenientes de una dirección específica, que describieron como “zumbidos”, “rechinar metal” y “chillidos penetrantes”. Sin embargo, los expertos dijeron que es poco probable que el ruido en sí haya causado los síntomas.

“En realidad, no creemos que el problema haya sido el sonido audible”, dijo anteriormente a CNN el Dr. Douglas Smith, director del Centro de Reparación y Lesiones Cerebrales de la Universidad de Pensilvania. “Creemos que el sonido audible fue una consecuencia de la exposición”.

Los “ataques acústicos” afectaron primero a personal diplomático de la embajada estadounidense en Cuba en 2016. El año pasado, el Departamento de Estado anunció que investigaba sucesos idénticos en China. El secretario de esa dependencia ejecutiva, Mike Pompeo, describió los eventos en China como muy similares a los de Cuba.

 

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