En estos tiempos de pandemia a veces se escuchan cosas que resultan, cuando menos, cómicas e increíbles. Este viernes, tras varias semanas de espera, un grupo de residentes y ciudadanos estadounidenses que se quedaron varados en Cuba por el cierre de fronteras motivado por la propagación de la COVID-19 pudieron regresar a sus casas.
Uno de ellos, un cubano residente en Miami, hizo unas declaraciones en el aeropuerto de La Habana que a muchos les parecen poco sinceras e indignantes, toda vez que la mayor parte de los testimonios que llegan de Cuba refieren un clima de escasez y precariedad.
“Ya yo me estoy yendo por mis padres. Aquí yo lo tengo todo, no me hace falta nada aquí. Yo me estoy yendo porque mis padres me extrañan, mis padres valen más que mi propia vida, así que yo me voy”, dijo el cubano.
Sus palabras instan a imaginar varios escenarios posibles: vive de espaldas al mundo, es de los que viven la dulce vida en Cuba o sencillamente quería burlarse de quien le entrevistaba y hacer uso de una ironía extrema.
Y es que continuamente las noticias que llegan de Cuba, no las de los medios oficiales, sugieren que la característica escasez del país se ha acentuado con la contingencia sanitaria, al punto de que muchos no pueden protegerse confinados en sus casas y deben pasar horas y horas en colas para intentar alcanzar algo de comer o con que limpiar y desinfectar.
Si no fue burla, sería bueno preguntarle al residente en Miami si regresará a la isla una vez que sus padres no le aten, o si cambiará su posición con alguno de los millones de cubanos que seguramente ansían salir de Cuba y residir fuera, ya sea en Estados Unidos o en cualquier otro país.
Si uno de los principales deseos de muchos jóvenes de la isla es poder salir y radicarse en otro país, dejando a sus padres y toda su familia detrás, cuesta creer que a alguien que ya vive en Miami le parezca de verdad que en Cuba lo tiene todo y no le falta de nada.
Aunque bueno, para no estirar tanto el hilo y abandonar el tema de unas declaraciones que a muchos le harán la tarde, hay que dar también un poco de crédito a ese decir que sostiene que hay de todo en la villa del Señor, o que en la vida hay gente para todo.
Si no mintió, el de las curiosas declaraciones es uno de los mejores ejemplos de lo último.