El propietario del popular restaurante Cuba Ocho, Roberto Ramos, explotó contra unos agentes de la Policía de Miami que llegaron hasta su local en la noche del pasado jueves 15 de octubre para ponerle una multa.
En el video aparece Ramos discutiendo con los oficiales, quienes habían llegado hasta el sitio tras recibir una denuncia por música alta en el establecimiento.
El propietario del restaurante, sin embargo, aseguró que en su negocio no se encontraba clientes. “Estoy sentado con mi familia y mis dos amigos. Tranquilos Aquí”, expresó Ramos.
“Que me pongan una multa por yo estar en mi negocio, sin nada y así, es un abuso”, agregó.
Ramos denunció que lleva “siete meses cerrado, sin pagar renta, sin poder pagar mis biles y muriéndome de hambre, vienen a ponerme una multa por fumarme un tabaco tranquilo y solo en mi negocio".
Las autoridades estadounidenses explican que la necesidad de hablar más alto cuando la música es muy elevada, aumenta la probabilidad de que el virus se propague con mayor facilidad.
Los empresarios gastronómicos dicen estar preocupados, pues están al borde de la quiebra debido a las restricciones de la pandemia. Por lo que le solicitaron al alcalde de Miami, Francis Suárez, una explicación.
“La Ciudad de Miami tuvo que implementar una orden del Condado. Es desafortunado porque no queremos estar en esa situación, perjudicar a los negocios y hacer cumplir leyes aunque algunas veces no estamos de acuerdo”, dijo Suárez a Americatevé.
Algunos propietarios expresaron que recibieron tickets de 500 dólares por tener el volumen de la música más alto de lo permitido. A otros, en cambio, los clausuraron por 24 horas.
Otros negocios de la calle 8 también recibieron multas. Sus dueños dicen ser víctimas de una persecución y que la policía los multó directamente sin un previo aviso de advertencia.