Imagen de Portada: Ilustración/Armando Tejuca.
Un estudio reciente realizado durante dos años por la universidad alemana de Gottinga ha arrojado un resultado claro y convincente: el tamaño sí importa.
Uno busca casi siempre la más corta, porque las largas acaban con nuestra resistencia. No todo el mundo soporta una muy larga porque cansan, dañan y son al final una gran pérdida de tiempo, aunque hay quienes gozan con ellas. Las cortas son más humanas, y las otras terminan provocando dolores físicos y frustraciones, así que muchos tratan de evitarlas. Pero la investigación ha dado un espaldarazo a la afirmación del régimen cubano de que las colas tienen su lado bueno y son útiles para el ciudadano.
Sabido es que se suele condenar el hecho de hacer colas y de vincularlas a tiempos de penuria y de escasez, pero no siempre es igual. Hacer una fila o cola aporta elementos positivos a quienes lo hacen, sobre todo en tiempos de pandemia, donde lo positivo significa contagio de COVID-19.
Por eso el estudio de la Universidad de Gottinga, que completa otra investigación comenzada el año anterior por la Universidad danesa de Roskilde evalúa positivamente la dinámica de las colas de las que los cubanos son unos verdaderos expertos, con más de 60 años de experiencia diaria.
Más allá de las mejoras físicas a nuestro organismo, las colas aportan responsabilidad al ser humano. Cuando usted da el último está traspasando una posición que ha logrado en la vida, y también un compromiso social anulando otro: al dar el último usted deja de serlo y ahora serán otros, quienes carguen, por poco tiempo, esa denominación.
En el estudio sobre las colas se analiza qué es lo contrario, es decir, lo contrario de una fila o cola es la molotera, el libre albedrío, el repello, el pechito con pechito, la rascabucheadera, la indisciplina social y la lucha salvaje por penetrar a un local para obtener algún producto, con los consabidos daños físicos y mentales.
Pero veamos qué ventajas o aportes nos ofrece hacer colas:
1-Contribuye a fortalecer las piernas...No hay dudas de que caminar hacia y desde la cola, y permanecer de pie todo el tiempo, endurece nuestros músculos y huesos.
2-Ejercita los ojos y los músculos del cuello...Cuando usted permanece en una cola, por muy inactivo que parezca, mueve constantemente los ojos de manera atenta y vigilante cuidando de que nadie se le cuele. Y también mueve la cintura y los hombros. -Se informa de qué productos saldrán a la venta en los próximos días y en qué lugares. Aprende nuevos vocablos y enriquece su lenguaje.
3-Pone a prueba el cerebro...El cerebro humano durante su permanencia en una cola nunca se apaga, sino que está en febril actividad. No solo enumera cuánta gente queda por delante de usted, sino que se verá obligado a calcular matemáticamente sus probabilidades de que le toque algún producto y también utilizará el algoritmo para comprender de dónde coño salió tanta gente delante de usted si no estaban físicamente cuando marcó.
4-La cola ayuda a socializar...Conoce nuevas amistades. Propicia el sano intercambio de experiencias. Se hacen nuevos aliados. Se crean enemistades pasajeras y definitivas, lo que provoca cierta sinergia, que nadie sabe qué es, pero suena a movimiento.
5-Estar al sol es saludable porque tonifica la piel y carga al cuerpo de Vitamina E y D. Muchas veces hasta se descarga adrenalina si usted se pone bravo.
6-Hacer colas sistemáticamente estimula la masa cárnica y la encefálica. Activa sexualmente (si agarra números bajitos) y contribuye a la integración social.
7-Despierta la combatividad. Aporta entrenamiento estratégico-militar, porque usted debiera descubrir maneras ingeniosas de adquirir un puesto más cerca de la puerta sin que otros se den cuenta.
8-Pone al cubano en contacto con la naturaleza (en caso de que se esconda de madrugada entre las ramas de los árboles para burlar la vigilancia policial)
9-Aporta un sentimiento competitivo, y, a la vez, refuerza la solidaridad humana.
10-La cola puede funcionar también como ejercicio catártico si quiere desahogarse de algún desacuerdo con el gobierno, en tanto lo haga con disimulo. Si no lo hace con disimulo le pueden partir el... O sea, que es algo peligroso.
Y, por último, las colas reafirman la fe religiosa porque “los últimos serán los primeros”.
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La investigación de la Universidad de Gottinga concluye además que mientras un ser humano permanece en una cola tiene un solo objetivo: comprar lo que sea que vendan. Además, mientras hace cola no delinque ni se aventura a marcharse del país.
Cuando usted logra adquirir un producto, cualquiera que sea, tras una cola, se siente victorioso, capaz de alcanzar las metas más altas y los retos que le impongan. Y un día pudiera dar conferencias y transmitir su experiencia y su conocimiento de la dinámica social.
Como otra ventaja añadida a hacer colas, el estudio resalta el sentimiento que tendrán quienes las hagan, por haber contribuido al orden nacional y a mejorar la imagen de nuestro pueblo con vistas al turismo.
Otro aporte positivo es que, como “el pueblo cubano lleva más de seis décadas haciendo colas,” con su presencia consolida la hermosa idea de que somos continuidad.
Recomendación final: para cerrar tu esfuerzo con broche de oro de una forma divertida, si la cola se ha hecho para comprar croquetas de producción nacional, y no todos alcanzaron se sugiere acompañar a los que sí lograron comprar hasta sus casas para verlos freírlas.
Se reirán mucho cuando las croquetas comiencen a estallar como siquitraques porque son croquetas explosivas.