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Cuba Putinesca 

Lo que dice Miguel Díaz-Canel: Todo está ahora más claro, la hermana Rusia nos va a salvar del desastre.

Actualizado: Wed, 05/15/2024 - 08:22

Todo está ahora más claro, la hermana Rusia nos va a salvar del desastre.

Rusia nos apeyunca, arrima el lomo y el hombro, arrempuja para que la isla no se dé golpes y, al final, nos sacará del abismo.

Al menos eso es lo que dice Miguel (ahora Mijaíl) Díaz-Canel (Canelievski), también llamado Micha Chingaovski, a su regreso de la intensa visita que le hizo al padrecito Vladimir Putin, el mago de las teclas. Por eso se ha orientado, desde las altas instancias del comité central del partido -a partir de ahora el Komitern o Cabronaskut-, que Cuba debe estar agradecida.

Y para demostrar a la antigua hermana Unión Soviética, y hoy hermanísima, casi gemela, Rusia, que los cubanos son agradecidos, se van a cambiar cosas, detalles sencillos que endulzarán las eternas relaciones con la ahora madre patria.

Hay entusiasmo en el mandatario cubano, mucho entusiasmo. De hecho, es el único en Cuba que tiene ese entusiasmo. Y también un poco su señora esposa, la no primera dama o damushka, Lis Cuesta, a partir de hoy Lisaina Cuestanovitch. Su “muzh” o esposo, Díaz-Canel, afirmó que durante su visita a Rusia se evaluaron "cosas nuevas que se pueden hacer para la emergencia que tenemos en nuestro país y ayudar a paliar la situación energética y también la situación con los alimentos".

Se ha previsto que, como medida de emergencia, en algunas esquinas de las principales ciudades se ofrezca a los necesitados una ración de borsch y otra de salianka, y que GAESA saque de los almacenes secretos la carne rusa almacenada, que estaba destinada a las Fuerzas Desalmadas Revolucionarias en caso de guerra.

Por eso el presidente Mijaíl (antes Miguel) ha indicado, como resultado de ese viaje amistoso y cariñoso, felicitar a Putin por haber sido reelegido, gracias al cariño del pueblo, que calificó como “una lección para el mundo”, aunque muchos entendieron “Edmundo” (García). También ha informado que “en cuanto a la producción de alimentos en Cuba, Rusia también tendría un papel importante como suministrador de fertilizantes”. Por eso se repartirá un saco de fertilizante u abono por cada núcleo familiar para estricto consumo alimenticio.

El mandatario o sapingolof, en su optimismo, cree, en su fuero interno (en el externo no, por culpa del criminal bloqueo), que esta nueva promesa de ayuda rusa a la isla "da confianza y da un resultado muy positivo en materia de colaboración, en materia de relaciones". Y, para que vean que él piensa en la gente, a pesar de su gran nariz, "para la vida de nuestro pueblo dentro de tanta dureza que tiene que enfrentar cotidianamente". 

Una primera sorpresa, para agradecer el gesto putinesco, ha sido levantar de su monumento al poeta bayamés Juan Clemente Zenea, fusilado por España en los fosos de la cercana fortaleza de La Cabaña, y sentar allí a un poeta mayor, a un poeta que se dejó matar, pero nunca fusilar, ni siquiera por Stalin: Alexander Pushkin. En el acto celebrado en la ocasión, el primer ministro Marrero, hoy Marrercovitch, hizo hincapié en que hay que hacer más Pushkin, para que haya Pushkin.

Pero hay más sorpresas: la dirección del gobierno ha intentado convencer al comandante de la revolución Ramiro Valdés para que encarne el personaje de Lev Trotsky, en los años que le quedan de vida, aunque este no acaba de aceptar. Pero Canelovski ha pedido al partido y a la Asamblea Nacional (a partir de hoy “la Duma”) hacer algunos cambios que redunden en un redondo entendimiento, que enternezcan a los mujiks de allá y alegren a los mujiks de acá. Son detalles preciosistas para ganar la confianza de Putin y de Rusia. Por ejemplo, a partir del mes próximo Las Villas se llamará Villaskaya, y su capital, Santa Clarianka.

De igual modo se pretende que a lo largo de las llanuras cubanas, desde ahora declaradas “estepas” (no confundir con el millonario cubano americano de la mafia de Miami, Emilio Estepas), las otrora 6 provincias, hoy 14, tengan nombres de fácil pronunciación para los amigos de Moscú. Así, la más occidental de la isla, antes Pinar del Río, se conocerá en lo adelante como Abedulskaia del Neva, porque ya se ha decidido que la mayoría de los árboles del territorio nacional serán abedules, y solamente se dejará una ceiba por municipio para dejar las brujerías.

Matanzas pasará a ser, en las guías de turismo y en los mapas geográficos, Matáchenka. Y su montaña más famosa, el Pan de Matanzas, será rebautizado como Panocha o Pancheviskaia. Por su parte, ya pasada la región central, la hasta ayer provincia de Camagüey pasará a ser Camagurski o Tinajonia.

Las provincias orientales traen también sorpresas en sus nuevos nombres. Las Tunas será Tunajorsk; Holguín, Holguirianov; Santiago de Cuba se conocerá ahora como Kurdaskaia Moncadevish, y Guantánamo, como Guantapeorski.

Los historiadores del Cabronavskania, es decir, buró político, en sus profundas indagaciones, han hecho sorprendentes descubrimientos que unen más a nuestra isla con Rusia. El más significativo es que Pedro el Grande, el zar que fundó Petrogrado y San Petersburgo, fue también el fundador de Camajuaní y de Bolondrón, que inmediatamente ha cambiado su nombre a Bolondronski.

En La Habana, que se ha de conocer mundialmente como Bolianka, las calles tendrán nombres rusos: la avenida 23 se llamará Putinov o Putinovskaya, el Malecón será Malekonavskaia, y La Rampa, Rampanayavska. 

En Bolianka, antigua ciudad de La Habana, se espera la inmediata llegada de un general ruso, descendiente de quien dirigió la resistencia del cerco de Stalingrado, para iniciar al pueblo cubano en maniobras similares, que hagan desistir al enemigo de su intención de doblegar a Cuba, la que será, de ahora en adelante, “República de Putania”.

En la televisión cubana, específicamente en el programa “Mesa redonda”, su presentador, antes conocido como Randy Alonso, que hoy lleva el flamante nombre ruso de Randriev Carebacheski, anunció con mucha alegría una larga jornada de vodka por la libre, a toda hora y cada día.

El fin de los festejos para celebrar la promesa de ayuda rusa, se producirá cuando se rebautice la isla de Pinos, que fuera luego la isla de la Juventud, y que próximamente será conocida mundialmente como “La Putinankia”, donde se construirá la mayor y más moderna fábrica de venenos.

Y queda prohibido el grito de Viva. A partir de hoy solamente será aceptado gritar Hurraaaaaaaa!