Homenaje al pasado glorioso
Ahora los fracasos en Cuba sí logran ser más sonoros, tal vez por el vacío que rodea a la isla
Actualizado: December 28, 2022 3:37pm
En la Cuba actual sobresalen dos características indiscutibles: la primera es que la situación no puede ponerse más mala de lo que ya está, y la segunda, que el gobierno tiene el firme propósito de lograr que todo esté peor.
Y aunque los principales tontos que están al frente de los designios patrios siguen cacareando eso de que son continuidad, lo cierto es que lo que hubo ayer, se queda ayer, y lo que será mañana también se queda ayer, ya que el futuro pertenece por entero al socialismo, y el socialismo se derrumbó. Todo parece que se parece, pero no, nada es igual, salvo la ignorancia de los policías y lo zoquetes que son los agentes del Ministerio del Interior.
Los fracasos sí logran ser más sonoros, tal vez por el vacío que rodea a la isla. Un vacío que nadie lleva a ninguna parte para que le den el lleno, y que lentamente va penetrando en el cráneo de muchísima gente que todavía cree que aquello tiene remedio y que el futuro se construye con plastilina.
Pero, desde las tribunas, siguen arengando -casi por inercia, por costumbre o porque no saben otra cosa- llamando a vencer las dificultades, a derrotar al enemigo (a cualquiera), a redoblar esfuerzos, a sufrir en voz baja, a crecerse, a hacerse impermeables (por la falta de techos), y a que todo sea más grande que antes, es decir, que el pasado mes o que el año pasado. De manera que el abismo se va ampliando con la alegría del pueblo emocionado.
La consigna ha variado. No mucho, pero hubo que adaptarla a estos tiempos que corren, o que se arrastran con una lentitud desesperante. De aquel grito optimista que rezaba “Azúcar para crecer” se llega ahora a uno más modesto, más acorde a la situación, más realista: “Azúcar para carecer”. Cuba hará, en el 2023, un homenaje a la zafra del año 1856, doce años antes del estallido de nuestra primera guerra de independencia. Y en la siguiente se hará un gran esfuerzo para producir menos que en 1762, en saludo a la toma de La Habana por los ingleses.
Y, para evitar irritaciones, se ha emitido una directiva para no poner en la radio tampoco este año ningún tema de Celia Cruz porque grita “Azúcar” de una manera triunfalista, lo cual parece ser una provocación.
Si eso no es honrar y celebrar nuestra historia, no tengo idea de cómo se hace. Pero desde que en los últimos días de diciembre leí que “la funeraria de Fomento, Sancti Spíritus, recibió dos ventiladores y una planta eléctrica”, supe que era más o menos eso. Que ahora un difunto podía recibir allí la última bocanada de aire fresco, y que en los días de calor o falta de fluido eléctrico era preferible morirse en Fomento o ir a leer a la funeraria. Eso es, realmente, fomentar el desarrollo para los que mandan en Cuba.
Otro proyecto para el nuevo año será la agricultura urbana, una modalidad novedosa para la que el gobierno repartirá latas a cada núcleo familiar, con la finalidad de estimular la siembra de viandas y vegetales para el autoconsumo, en cualquier rincón de la casa, lo mismo el baño que la cocina, mientras el exespía Gerardo regala regaderas para cuando haya agua. Se sugiere no sembrar en los balcones para evitar que se caiga la producción cuando se desplomen los balcones.
Una nueva meta prevista es el incremento de la producción porcina pues muchos cerdos han pedido la salida del país alegando que no les asienta el clima. “En abril pasado, el Noticiero de la televisión estatal reconoció que Cuba perdió el 90% de los productores porcinos en los últimos cinco años”, lo que indica que es mejor criar puercos lejos de la isla, donde el sancocho se ha vuelto imposible de conseguir. Bajo el lema revolucionario “Logremos que el puerco dé al pecho” se repartirán bañaderas de producción nacional para que este fiel animal, considerado “el mejor amigo del hombre”, se reproduzca en casa y se sienta en familia.
Y ojo con esto, como la consigna subyacente es y será siempre “Todos somos Fidel”, es de obligatorio cumplimiento meter la pata como él, hacerlo todo mal, improvisado y con soberbia, y después, si sale mal, echarle la culpa al enemigo, que es tan bobo que está a solo 90 millas, pudiéndose ir más lejos.
Es también un propósito de año nuevo el consumo de plantas energéticas, como recomendara el Delirante en jefe, que no probó ninguna de ellas, bajo el lema “Para todos, moringa, y el que no quiera se vaya pa´ la p...”. Eso tal vez sirva para alcanzar uno de los grandes propósitos del régimen para el 2023: incrementar las remesas. Mientras más familiares tengan los cubanos en el exterior, mejor se mejorará la mejora en el interior.
Entre las ideas más brillantes que se pondrán en práctica en el 2023 está la de repartir tinte de pelo entre los miembros del Comité Central del PCC y exigir que lo usen con frecuencia, para que en las reuniones no noten que envejecen. Así, con esa ilusión de juventud, tendrán nuevos bríos con el fin de que todo siga igual y así cumplir con la consigna de ser continuidad.
Una de las ideas renovadoras de la élite gobernante es revivir y honrar las fechas patrias fundacionales y fundamentales, entre las que se cuenta el 26 de julio, día de gloria para Cuba. Hay dos propuestas para ello: asaltar las escuelas para convertirlas en cuarteles o hacer unos carnavales que duren medio año, en venganza a los que interrumpió y echó a perder Fidel Castro con el asalto al cuartel Moncada.
Es un deber de todos los cubanos que queden en el territorio nacional en el 2023 intentar consolar a los que dirigen y tienen en sus manos el poder de echar a perderlo todo. Un dirigente triste es un peligro, y uno con mal carácter, peor. El "Puesto a Dedo", Miguel Díaz-Canel, aseguró que siente "una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr, desde la conducción del país, los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad".
Por supuesto que ya todos saben que la prosperidad que anhela este tipo de gente no tiene nada que ver con la prosperidad que una persona normal necesita. Por eso se han fabricado prosperidades de varias tallas y tamaños, y de colores distintos. Una, la más amplia, la usan ellos. De la otra no queda ni el diseño.