El cubano Rafael Clavijo Urquiza fue sancionado en su trabajo en Ferroazúcar Santiago, luego de denunciar presuntos abusos en la empresa.
En una nota publicada por Juventud Rebelde, Clavijo Urquiza contó que durante un año estuvo enfermo por problemas en un riñón. Fue operado y después desarrolló peritonitis, un íleo paralítico y una bacteria.
Destaca que aun sintiéndose mal se reincorporó al trabajo, pero en marzo de este año, pidió dos meses de licencia sin sueldo y lo llamaron para que volviera en menos de un mes, a lo que este se negó y presentó un resumen de historia clínica para acogerse a la Resolución OM-455 de la Ministra de Trabajo y Seguridad Social para trabajadores vulnerables por la COVID-19, recientemente aprobada entonces.
El director de la entidad no quiso aceptarle que se acogiera esa resolución y comenzaron a investigar el caso de Rafael.
Fátima Palacios Garrido, directora general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, dijo a ese medio oficialista que el señor había pedido la licencia por sueldo por temas personales y no de salud.
También señaló que el trabajador había sido operado de litiasis renal, y después de seis meses y se le otorgó la categoría 4 de alta médica, por no tener complicaciones.
Los jefes fueron declarados inocentes en este proceso, sin embargo, Clavijo Urquiza fue sancionado "por emitir información falsa a un órgano de prensa en beneficio propio, pues declaró enfermedades que no padece para lograr ser declarado vulnerable a la COVID-19; y por mentir en lo relacionado con el tratamiento dado en la UEB".
