El preso político Edilberto Ronald Arzuaga, quien cumple condena en la prisión de Kilo 9, en Camagüey, fue internado en el hospital de ese centro penitenciario por su delicado estado de salud.
Arzuaga cumple este viernes 31 días en huelga de hambre, una protesta que inició tras el incremento de abusos y maltratos en su contra por parte de las autoridades del penal. Fue condenado a un año y dos meses de cárcel por negarse a pagar las multas que le fueron impuestas en 2018 por promover la campaña “Yo voto No” contra el referéndum constitucional realizado por el régimen en 2019.
Esta no es la primera huelga de hambre que el opositor, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide, realiza en el centro penitenciario. En 2019, año en que fue declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional, sostuvo una huelga por 35 días exigiendo su liberación.
Por otro lado, en Ciego de Ávila, la joven Yanelis Deuz también fue hospitalizada. Aunque los médicos la reportan de grave, la joven activista se niega a ingerir alimentos. “Ella está detenida injustamente, acusada de un delito que no cometió. Está con sueros y corre peligro”, dijo a Cubanet el opositor Osiel Morales.
Por su parte, la madre del preso político Eider Frómeta Allien confirmó que su hijo suspendió la huelga de hambre el pasado 21 de julio, luego de 27 días en estado de inanición.
Durante ese tiempo, Frómeta estuvo en celda de castigo totalmente incomunicado sin derecho a llamadas telefónicas, pese a que la prisión de Kilo 8, en Camagüey, donde está recluido, había flexibilizado las visitas familiares suspendidas previamente por la pandemia de COVID-19.
El pasado miércoles la presa política Keilylli de la Mora Valle denunció provocaciones en la prisión de Sabana, en Cienfuegos, donde cumple su sanción de 18 meses. La denuncia fue dada a conocer por voceros de la UNPACU, quienes aseguraron que la joven amaneció rodeada de pancartas con consignas en su contra, a lo que respondió escribiendo letreros contestatarios con las frases “No más dictadura”, “No más represión”.
Las autoridades tomaron medidas en su contra: fue confinada a una celda de castigo y luego recibió la noticia de que había sido cancelada su próxima visita familiar programada para el próximo 28 de julio.
La activista de 27 años logró realizar una llamada telefónica a la sede principal de la UNPACU en Santiago de Cuba y contó, además, que aún no logra recuperarse de las dos huelgas de hambre que ha sostenido. De la Mora Valle aseguró que en los últimos análisis de sangre su hemoglobina estaba en 4.2 y que desde entonces le han negado atención médica.