Varios protectores de animales le recordaron hoy al reguetonero cubano Yomil su promesa de crear una fundación para ayudar en la causa contra el maltrato animal.
“Yomil, un 11 de noviembre de 2019, hace exactamente dos meses, mostraste indignación ante la situación de los animales en Cuba, que sentías “rabia e impotencia” ante la crueldad y el maltrato que reciben (…). De tus palabras algo se me quedó grabado en la mente y fue tu disposición a crear una fundación para protegerlos. Yo llevo 2 meses exacto esperando a ver si nos ayudas a todos los protectores, activistas y amantes de los animales a hacer realidad ese sueño”, escribió Javier Larrea en Facebook.
“Te he enviado unos cuantos mensajes por privado para darte una orientación de cómo hacer realidad tus palabras, pero aún no recibo respuesta. Espero que siga en pie la motivación de querer crear una organización que los proteja, que aporte en esta dura tarea porque toda ayuda es poca. Tengo fe en que más temprano que tarde pueda recibir un mensaje de usted preguntando qué se necesita hacer”, añadió el activista.
Beatriz Batista, una de las activistas más dinámicas, declaró en tono sarcástico: “a qué animalista o grupo de protección animal ha ayudado el reguetonero Yomil?”.
El 11 de noviembre, Yomil publicó un post en su cuenta de Instagram con las siguientes declaraciones: “cuenten conmigo para las que sea. ¿Cómo se podría crear una fundación para ayudar a estos inocentes perritos? Estas imágenes me dan mucha rabia e impotencia ya que la crueldad que están sufriendo no tiene nombre, por favor no más, tengamos conciencia y digamos no al maltrato animal”.
El cantante acompañó este mensaje con un video en el que muestra cómo los trabajadores de Zoonosis recogen a los perros callejeros. Esta no es la primera vez que Yomil habla sobre este tema: cuando se dieron a conocer las recogidas de perros callejeros, pidió que detuvieran esos abusos y los liberaran.
Los activistas cubanos siguen esperando una ley de protección animal, que al parecer será discutida este año, pero con algunos cambios. Será una ley de bienestar animal, es decir, más difusa en su alcance, y las autoridades ya anunciaron que el encargado de ponerla en funcionamiento será el Estado, precisamente sobre el que cae la sospecha de los animalistas.
Mientras, la interlocución entre el Estado y los activistas por la protección animal sigue siendo débil y cubierta por la desconfianza mutua.
