Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, afirmó en una entrevista publicada este martes que “ojalá todos los jóvenes cubanos” puedan “viajar y conocer Estados Unidos”. Las declaraciones del canciller aparecen en medio de una de las peores crisis de derechos humanos y migratorias de las últimas décadas de gobierno comunista, con más de 1000 presos políticos y un éxodo extraordinario de cubanos.
“Ojalá todos los jóvenes cubanos pudieran viajar y conocer el mundo, y viajar y conocer Estados Unidos. Y claro que hay jóvenes que quieren emigrar o residir periodos largos en Estados Unidos”, dijo Rodríguez Parrilla a los reporteros oficialistas Rodolfo Romero Reyes y Laura Serguera Lio, de la revista estatal Alma Máter.
A pocos días de conversaciones entre ambos gobiernos en Washington D.C., el funcionario arremetió contra la Casa Blanca, acusándola de querer “hacer avanzar su propia política migratoria, que es represiva y racista, a pesar de que los migrantes son una fuerza de trabajo necesaria para su economía”.
Casi 80 000 cubanos llegaron a EE. UU. entre el 1 de octubre de 2021 y el 31 de marzo de 2022, según las estadísticas del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés).
Rodríguez, tras solicitar esta semana que Cuba sea invitada a la próxima Cumbre de Las Américas, expresó que en el foro para las democracias de la región, “Estados Unidos pretende establecer códigos de conducta para los países emisores de emigrantes y de tránsito y que descargue en ellos (sic) la responsabilidad del problema, los obliguen a seguir prácticas represivas, a absorber los migrantes que lleguen a su territorio o, incluso, a los migrantes que procese Estados Unidos como eventuales refugiados; acogerlos y responsabilizarse por ellos”.
El canciller afirma que Washington “crea factores que favorecen la emigración —que es fundamentalmente económica— o la permanencia en periodos prolongados de cubanos que trabajan o residen durante un tiempo en Estados Unidos”; mientras “corta las vías de emigración regular, ordenada, segura, desde Cuba”.
También acusó al gobierno norteamericano de generar “presiones en terceros países para impedir el tránsito de potenciales migrantes cubanos hacia Estados Unidos”, e incluso de obligar “a estos países a reducir la cantidad de visas de tránsito que dan a viajeros cubanos, que se sabe que una parte de ellos se van a convertir en migrantes en algún momento”.
En cambio, a raíz de la reunión con enviados de La Habana en la capital de EE. UU., exiliados cubanos acusaron al gobierno de la isla de utilizar la migración como “arma política”, aumentando la represión en Cuba mientras facilita el escape por la vía de su aliado Nicaragua, para que decenas de miles abandonen la isla en su intento de llegar hasta la frontera sur de Estados Unidos.
Lea también
En la entrevista con Alma Máter, el titular de Relaciones Exteriores insiste en responsabilizar a Estados Unidos por los cubanos que escapan en difíciles condiciones de la isla.
“Las personas que se quejan, algunos de ellos jóvenes, de lo que les ha estado ocurriendo en países de tránsito con la imposición de visados o restricciones, debieran saber que el origen de estas medidas está en la política de Estados Unidos y en acciones directas de su gobierno ejerciendo presiones tremendas sobre estos países”, aseguró Rodríguez.
Sin ninguna encuesta o estudio que respalde sus palabras, el funcionario comunista afirma que “la mayoría de los cubanos asentados en Estados Unidos (…) están ahí por motivaciones de naturaleza económica; en lo esencial se oponen al bloqueo, en su inmensa mayoría desean que existan relaciones normales entre ambos países”.
Lo que esconde Bruno Rodríguez
Bruno Rodríguez llega incluso a decir que los jóvenes que conoce “tienen el sentimiento de que se salvarán ellos con la nación y que encontrarán un camino de realización personal, familiar y profesional aquí en Cuba”.
“Claro que hay jóvenes también que tienen una opinión distinta, y siento que a todos debiéramos ofrecer oportunidades. Con ellos también tenemos deberes y obligaciones y debemos facilitarles que se inserten junto a nosotros, participen junto a nosotros y contribuyan al desarrollo de la nación y su pueblo”, agrega el canciller.
Sus declaraciones contrastan con la situación de cientos de presos en las cárceles de la isla, en su mayoría jóvenes, condenados a penas de hasta 30 años por manifestarse durante el levantamiento popular de julio de 2021.
El Grupo de Trabajo sobre Detenciones por Motivos Políticos Justicia 11J, presentó el 20 de abril el informe “Tortura en Cuba”, en el marco de la 73 sesión del Comité contra la Tortura, de Naciones Unidas. En ese espacio, presentaron la documentación sobre al menos 1440 detenciones tras las manifestaciones de julio de 2021. De ellas, al menos 750 personas permanecen en prisión.
“Varias personas excarceladas, o en detención, mediante distintas vías de comunicación, han denunciado golpizas, pases de corriente, ofensas verbales, amenazas de abuso sexual, uso de canes para amedrentar, interrupción del sueño, aislamiento en celdas oscuras, los cuales tipifican como tortura y malos tratos”, denunció, entre otras vejaciones, la periodista Darcy Borrero, miembro de Justicia 11J.
Prisioners Defenders registró, al cierre del 31 de marzo de 2022, la existencia de al menos 1027 prisioneros políticos en Cuba. Según el último listado publicado por la organización no gubernamental el 7 de abril, 891 detenidos tienen relación con las represalias de las protestas del verano pasado.