El presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó de “nueva lección de dignidad y entereza” la decisión de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, de abandonar la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Ratificamos nuestra solidaridad y apoyo al hermano pueblo y Gobierno de Nicaragua y a su presidente Daniel Ortega, ante nueva lección de dignidad y entereza, al decidir dejar de formar parte de todos los mecanismos de la OEA”, declaró el político en Twitter.
La política cubana ya se había alineado en este aspecto con Nicaragua desde finales del año pasado, cuando Ortega anunció su decisión como respuesta a los cuestionamientos del bloque hemisférico a las elecciones fraudulentas que le concedieron su quinto mandato presidencial en noviembre de 2021.
En un comunicado emitido entonces, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) dijo apoyar la decisión de Managua de denunciar la Carta de la OEA y renunciar a la organización, a la cual acusó de callar en varias ocasiones “ante golpes de estado en nuestra región”, ser “cómplice de intentos de aislamiento e intervenciones militares” y apoyar “agresiones económicas”.
Con su salida de la OEA, que el régimen orteguista justificó con acusaciones de injerencia del organismo en los asuntos internos nicaragüenses, Nicaragua se suma a Cuba y Venezuela en el reducido grupo de naciones desvinculadas de la OEA.
Según la retórica oficialista de los tres países, su decisión obedece a que la entidad responde de manera sesgada a los intereses de Washington.
La víspera, el dictador nicaragüense, un ex guerrillero de 76 años y en el poder desde 2007, hizo patente su decisión al cerrar la sede de la organización en su país y expulsar al personal diplomático asentado allí. El secretario general de la OEA expresó su rechazo y llamó a Nicaragua a cumplir con sus obligaciones.
Acto seguido, el canciller nicaragüense, Denis Moncada, anunció que su país dejaba inmediatamente de formar parte de la OEA y retiraba las credenciales a sus representantes en Washington. “Tampoco tendrá, este infame organismo, en consecuencia, oficinas en nuestro país. Su sede local ha sido cerrada”, agregó.
“No tendremos presencia en ninguna de las instancias de ese diabólico instrumento de la mal llamada OEA”, aseguró.
La OEA, al igual que gran parte de organismos relacionados con la defensa y monitoreo de la democracia y los derechos humanos, ha señalado a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua por no acogerse a los estándares democráticos, violentar las más elementales libertades individuales y derechos políticos y civiles, y no ofrecer garantías mínimas para la convivencia en un Estado de derecho.
Para garantizar su continuidad en el poder en los comicios del pasado 7 de noviembre, Ortega detuvo meses antes a los candidatos más fuertes de la oposición, invadió la sede del principal diario del país, La Prensa, y acosó y detuvo a líderes empresariales.
Ante el descrédito del proceso, las elecciones registraron una baja participación ciudadana y sus resultados fueron desconocidos por la mayor parte de la comunidad internacional.