Magaly Velázquez Chacón, madre del preso político Miguel Girón, declaró que el régimen está “actuando con odio y con ensañamiento” hacia los jóvenes que se manifestaron el 11 de julio, y que la dictadura tiene a las familias “de luto”.
Residente de Holguín, Velázquez Chacón declaró que su hijo lleva más de un mes preso injustamente, acusado de sedición. Fue señalado como uno de los líderes de la marcha pacífica en su territorio, junto a otros veinte jóvenes. Sin embargo, su madre asegura que los sancionados no se conocen entre sí, y que en el juicio no hubo pruebas que respaldaran dichas acusaciones.
El 11J
Según alega Magaly, su hijo se encontraba de regreso a su casa en una moto eléctrica justo cuando estalló la manifestación. “Se sintió identificado y se sumó a ella. Hizo todo el recorrido pidiendo el cierre de las tiendas en MLC, el derecho a la libertad y muchas cosas que se pidieron a favor de nuestro país” narra.
La madre explica que “en todo momento fue una marcha pacífica” por parte del pueblo. “La violencia comenzó cuando llegaron al partido Provincial porque ahí los estaban esperando con palos”. Sin embargo, dado que el joven presenta una discapacidad motora decide apartarse de la multitud. Al dirigirse a donde había parqueado su moto, descubrió que había sido robada.
Una vez en casa, Miguel Girón le cuenta a su madre todo lo acontecido e inicia averiguaciones sobre el paradero de su moto que lo llevan a descubrir quién era el presunto ladrón. No pudo recuperar el vehículo por sus medios, por lo que decide el 13 de julio levantar formalmente una denuncia. Sin embargo, la gestión no salió como esperaba tras descubrir las autoridades que él había participado en los sucesos del 11J.
“Sin hacer más preguntas lo detienen y a las dos o tres horas, se lo llevan para instrucción penal. A mí como madre no me dieron ninguna explicación. Yo tuve que pedirla a gritos. Cuando vieron que yo me alteré mucho, una persona o una investigadora de allí de la unidad, me llamó a su oficina y me dijo el por qué” relata.
A principios de agosto, el joven es puesto en libertad condicional bajo fianza y espera su sanción. Todos los integrantes de la familia esperaban se le impusiera una multa por desorden público, dado que el muchacho no había cometido ningún delito.
El juicio
A principios de noviembre, el abogado le comunica a la familia que la petición fiscal era de 25 años de privación de libertad. “Imagínense cómo nos pusimos nosotros, cómo se puso él, un joven que tiene cosas por hacer, que quiere seguir estudiando. Imagínense como estuvimos desde ese principio de noviembre hasta el juicio, que fue el 11 de enero” refiere Magaly.
El juicio duró tres días y, como permitían la presencia de un familiar, Magaly acompañó a su hijo en todas las sesiones. La familia tenía esperanzas pues, según alega la madre, la fiscalía no contaba con pruebas incriminatorias que apuntaran a Miguel Girón.
El pasado 14 de febrero se celebró la pultima sesión del juicio, pero en esa ocasión Magaly no pudo entrar al Tribunal. El lugar permanecía sitiado y había “barricadas de policías”. Tras finalizar la sesión, Magaly vio salir a su hijo esposado, conducido por agentes hacia una patrulla.
“Ahí tuve un altercado muy violento con la policía porque no me dejaron llegar hasta donde estaba él y no me permitieron ni siquiera, que lo pedí yo a gritos, darle un beso, y él también lo pedía. Lo metieron con violencia a la patrulla y se lo llevaron” narra Magaly.
Miguel Girón fue condenado a 14 años de privación de libertad. Hoy su familia no sabe qué alternativas les quedan, pues consideran que “la sentencia hubiera sido la misma” con o sin abogado.