El activista santiaguero Enrique Figuerola arremetió contra la calidad y eficiencia de los servicios médicos en Cuba por lo que consideró una mala atención a su hijo, enfermo de amigdalitis y tratado como si fuera un posible caso de COVID-19.
“No me quieren hospitalizar al niño. Me voy a plantar frente al policlínico. Lleva varios días con catarro y no hay antibióticos para darle, porque por vía oral no los tolera. Estoy en el frente del policlínico, no me lo quieren hospitalizar, me lo quieren mandar para la Ondi, donde están los casos de COVID”, explicó Figuerola en una directa que hizo desde su perfil de Facebook.
“Abajo Díaz-Canel, la dictadura, abajo todo. Que sea lo que Dios quiera. Tienen que hospitalizármelo. Lo que tiene es catarro. ¿Dónde está la potencia médica, de qué están hablando? Esto donde único se ve es en Cuba”, agregó con evidente indignación e impotencia, cuestionando la calidad médica de la que tanto presume el régimen dentro y fuera de la isla.
Horas después de su denuncia Figuerola acudió nuevamente a su perfil en la referida red social para que su pareja explicara en una directa qué había pasado con el pequeño. Según contaron, luego de la protesta frente al policlínico “30 de noviembre”, en la cabecera provincial de Santiago de Cuba, médicos de la instalación atendieron al niño, pero lo remitieron sin más al Hospital Docente Infantil Dr. Juan de la Cruz Martínez Maceira, conocido popularmente como Hospital Infantil Norte u Ondi.
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Me remitieron al niño desde el policlínico para aquí para Ondi, pese a que está diagnosticado con una amigdalitis viral. Ahora debemos mantenernos aquí porque dicen que es sospechoso de COVID. Aquí hay varios que son contactos y nos tenemos que quedar aquí por el mal trabajo de la potencia médica, denunció con angustia la madre.
“Mi hijo lo que tiene es amigdalitis y ahora nos tenemos que quedar por el mal trabajo de todos. Todos limpiándose las manos, que si tengo que quedarme hasta que le hagan un PCR”, agregó.
Figuerola afirmó que en el hospital ya no había capacidad para la cantidad de niños que estaban esperando por un ingreso. Asimismo, aseveró que en Santa Bárbara, el reparto donde vive, las personas sospechosas de COVID-19 están en sus casas.
Hay más de 180 personas a las que no les han podido hacer PCR porque no hay, detalló, en tanto lamentó que su pequeño tuviera que estar expuesto en el hospital a un eventual contagio de la enfermedad pandémica.