Los migrantes cubanos que se encuentran en proceso de solicitar asilo en Estados Unidos han denunciado malos tratos por parte de las autoridades de ese país en varias ocasiones.
Según informó el periódico Greenwich Time, una docena de solicitantes de asilo cubanos que se encuentran detenidos en Nuevo México han sido colocados en dos ocasiones en aislamiento por hacer huelgas de hambre.
Estos, de acuerdo con el medio, fueron castigados por protestar en contra de su larga estadía en centros de detención norteamericanos y el rechazo a sus casos de asilo.
Juan Carlos Peña Pavón comentó a ese diario que fueron colocados en aislamiento en dos instalaciones de Nuevo México.
“No somos criminales, pero ellos simplemente nos mantienen encerrados. Estamos amenazados de muerte si regresamos a nuestro país, así que van a tener que enterrarnos e incinerarnos aquí", agregó el cubano de 51 años.
Por su parte, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan, se unió a los reclamos por las pésimas condiciones de retención.
"ICE debe rendir cuentas por las condiciones inhumanas en sus instalaciones. Es por eso que solicité una investigación federal sobre un centro de procesamiento administrado de forma privada aquí en Nuevo México", escribió en Twitter.
Peña también dijo que si no son liberados, podrían suicidarse. “Todos estamos dispuestos a hacer eso. Si no nos dejan salir de aquí, vamos a morir”.
Según las cifras de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU, en los primeros nueve meses del año fiscal 2019 que finalizó en septiembre, más de 16,100 inmigrantes cubanos solicitaron la admisión en los puertos de entrada de EEUU. El aumento dobla el número del año fiscal completo anterior y también está por encima de los niveles de todo el año 2017.
Lea también
Sin embargo, una nueva política dispone que los migrantes esperen el avance de sus casos al sur de la frontera, según afirmaron funcionarios de ambos países.
La política, conocida como Protocolos de Protección al Migrante (MPP), se está aplicando a todos los solicitantes de asilo de habla hispana, excepto mexicanos, en tres cruces fronterizos entre México y Estados Unidos, dijo un funcionario estadounidense familiarizado con el programa que pidió no ser identificado.
