El balsero cubano Yunier Gutiérrez arribó a los Estados Unidos esta semana, tras lanzarse nuevamente al mar luego de un intento de emigrar en diciembre pasado que fue frustrado por las Tropas Guardafronteras (TGF) del régimen.
“Hace aproximadamente ocho meses fuimos (sic) agredidos por los guardacostas cubanos (…) pero hoy 20 de julio de 2022 lograron llegar a los Estados Unidos”, afirmó en Facebook Lisaida Mochey Delgado, esposa de Gutiérrez.
El balsero y su familia denunciaron que Gutiérrez recibió un disparo con bala de goma en la cabeza el 26 de diciembre pasado, durante la interceptación llevada a cabo por fuerzas del Ministerio del Interior cubano de la salida ilegal por Playa Baracoa, en la provincia de Artemisa.
En una nueva expedición esta semana, Gutiérrez y otras siete personas “se fueron el domingo al amanecer lunes a las 2:00 a.m. Hicieron un buen viaje, pero se demoraron porque había mucho sargazo”, declaró Lisaida Mochey al medio independiente Cubita NOW.
Salieron nuevamente de Playa Baracoa y navegaron en una embarcación “rústica”, de fabricación propia, que “se les estaba hundiendo” cuando llegaron a costas norteamericanas, según Lisaida Mochey. “Todos están en perfectas condiciones. Ya les habían dado ropa limpia. Estaban felices de haberlo logrado”, declaró la esposa de Gutiérrez al medio citado.
“Dios permita que les ofrezcan ayuda. Espero sobre todo que estén bien y que podamos mejorar nuestras vidas y las de los otros tripulantes. Y que pronto podamos estar juntos”, confesó la joven madre, en conversación con el periodista Alberto Arego.
Junto con Gutiérrez logran llegar a EE. UU. los balseros Lázaro Pérez Delgado y Yasmani Arévalo Cervantes, testigos del ataque con balas de gomas de las Tropas Guardafronteras en diciembre de 2021.
Según Lisaida Mochey, luego del anterior intento de salida, les impusieron una multa de 3000 pesos y “los hostigaron”. “A cada rato [a mi esposo] lo citaban a la Policía a firmar un papel”.
Disparos en la noche de diciembre
Con disparos de balas de goma los Guardafronteras cubanos obligaron a regresar a la embarcación de Yunier Gutiérrez el pasado diciembre, declaró a Diario de Cuba una fuente desde Playa Baracoa.
En la noche del 26 de diciembre, los migrantes fueron descubiertos y se negaron a detenerse ante las exigencias de los guardacostas. “Estábamos a menos de un metro de distancia y totalmente desarmados. Solo luchábamos por nuestra libertad”, declaró Amir Arévalo, primo de Yunier, al periodista Alberto Arego.
Otro participante, Alberto López Montes de Oca, contó a Diario de Cuba que durante la interceptación los oficiales gritaban “esto es a tiros con todos”. Acotó que en ese momento fue “cuando empezaron a embestirnos con la Griffith [barco de guardafronteras cubanos] y se puso el de la escopeta de mazorca a menos de un metro de Yunier y la rastrilló diciéndonos que paráramos, a lo que contestamos que no, por lo que le disparó en la frente a Yunier”.
También Montes de Oca aseguró que los oficiales intentaron infructuosamente hundir la nave de los migrantes. La acometida de los militares se produjo poco después de que otro grupo de embarcaciones burlara la vigilancia de las lanchas de TGF, para júbilo de los vecinos, quienes observaron desde la playa cómo las barcas con motor de pescadores se adentraban en el mar, con proa a EE. UU.
Tras ese incidente, las autoridades bloquearon el malecón de Playa Baracoa con tropas de élite del ejército conocidas como “boinas rojas” y simpatizantes del gobierno armados con machetes. El barco de Arévalo y Gutiérrez fue el único capturado por las lanchas Griffith del gobierno.
Guardia Costera de EE. UU. devuelve a 3500 balseros
Unos 3516 balseros fueron repatriados a Cuba en lo que va del año fiscal 2022, que comenzó el 1 de octubre de 2021, informó la Guardia Costera de EE. UU. este jueves.
La institución detalló en el comunicado de prensa que todos los cubanos rescatados recibieron alimentos, agua, refugio y atención médica básica.
“Nuestras tripulaciones trabajan incansablemente para garantizar la seguridad de la vida en el mar”, dijo el teniente Paul Benyovszky, del sector de la Guardia Costera de Cayo Hueso. “Estos intentos de migración son inherentemente peligrosos y estos hombres, mujeres y niños corren un gran riesgo al intentar navegar mares impredecibles en embarcaciones inseguras, sobrecargadas y rústicas”.
