Un cubano, entre los más de mil migrantes que desde hace casi un mes se encuentran varados en las playas de Necoclí, departamento de Antioquia (Colombia), atacó la Alcaldía Municipal, destruyendo la puerta principal.
En video quedó registrado el momento en el que un ciudadano, que según las autoridades es de nacionalidad cubana, se acercó hasta las instalaciones de la Alcaldía y golpeó fuertemente la puerta hasta destruir los vidrios, informó Minuto30.com
Según el medio local, “este hecho, fue antecedido por una manifestación que fue opacada por la intervención de funcionarios. Sin embargo, para este sujeto [el cubano] no fueron suficientes los argumentos y optó por esta acción”.
Jimmy Rivas Palacios, Secretario de Gobierno de Necoclí, dijo: “No entendemos realmente la reacción de estas personas, pues el municipio como entidad territorial ha brindado todo el acompañamiento necesario, entendiendo que es de carácter humanitario y en ese sentido nuestro alcalde ha visto bien destinar un equipo interdisciplinario que ha estado todo el tiempo dispuesto a apoyarlos de acuerdo a las necesidades que tenemos”.
El funcionario espera “que no se sigan presentando este tipo de reacciones”, y que “entiendan” que, según esta fuente, “siempre le hemos puesto la cara a la situación y hemos intentado explicarles de todas las maneras posibles, realmente cuál es el apoyo de la entidad territorial conforme a esta situación”.
El cubano fue “capturado y dejado en manos de la autoridad competente”, informó Minuto30.com
Más de 100 cubanos varados en Necoclí
A finales de enero se supo que más de 100 migrantes cubanos, que se dirigen a Estados Unidos, quedaron varados en el municipio de Necoclí (Antioquia) después de que Gobierno Nacional cerrara las fronteras ante la situación de la pandemia de la COVID-19.
Son en total unas 1000 personas, entre ellos cubanos, haitianos, venezolanos, jamaiquinos y de otras nacionalidades que están a la espera de conseguir un cupo en una lancha que los transporte hasta Acandí, en Chocó, para poder llegar a Panamá.
Desde este lugar, los migrantes cubanos lanzaron un S.O.S, porque también están enfermos, pernoctan en la calle y no tienen alimentos para continuar su recorrido. Llevan semanas durmiendo a la intemperie en las playas de este municipio.
“Tengo los niños enfermos con vómito, con fiebre, y un niño que me ha convulsionado, hasta con fiebre, no se han preocupado por eso”, dijo Suraima Bosque, una cubana migrante.
Jany Pérez, otro cubano varado, aseguró tener miedo de pasar en las lanchas ilegales, “porque cuando llegan te tiran al agua y no queremos pasar ese momento”.
Lea también
Debido a la cantidad de inmigrantes, el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón Castro, alertó sobre la situación, alegando que esa reunión de personas está generando una emergencia sanitaria en medio de la pandemia del coronavirus.
“Hemos decretado la emergencia sanitaria y humanitaria porque llevan más de 20 días represados más de 1000 migrantes en nuestro municipio porque se interrumpió el paso hacia las costas del Chocó. El Gobierno panameño cerró nuevamente las fronteras y obviamente el departamento del Chocó también cerró”, informó.
El funcionario hizo un llamado al Gobierno nacional para buscar una solución pues el municipio no tiene los recursos para atender la emergencia y los migrantes se están quedando sin dinero para subsistir; además, no se están cumpliendo las normas de bioseguridad y se han presentado casos de niños enfermos por la situación.
Los migrantes solicitan que les permitan salir de esa zona del país, ya que tampoco esperan continuar en Colombia. “No nos venden el tiquete porque las fronteras están cerradas supuestamente para nosotros, los migrantes, y están saliendo las lanchas ilegales”, dijo en Noticias Caracol, Ailen Campos, otra cubana.
Migración Colombia expidió un comunicado en el que recuerda que debido a la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus los pasos fronterizos de Colombia se encuentran cerrados. Agregó que la “apertura de la frontera o permitir el libre tránsito de migrantes por la región, sería poner en riesgo no solo a los habitantes de la zona, sino también a ellos mismos y a los países vecinos, dada la condición irregular de estos extranjeros, quienes, en muchas ocasiones, se movilizan sin acatar las medidas de bioseguridad establecidas”.