La camagüeyana Flor María Mantecón Salina denuncia haber sido víctima de maltrato, desatención médica y coacción de oficiales de la Seguridad en el Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech, de la ciudad de Camagüey. La situación sería la causa del deterioro de la salud de esta mujer de 57 años, vecina de Gustavo Villena, entre Línea Norte y Tercera, municipio Florida, Camagüey.
Su relato ubica los acontecimientos en el centro de salud antes mencionado, en el año 2018. Flor María aseguró a ADN CUBA que desde el año 2012 padece de “algo que aqueja mi cabeza y me hace perder la conciencia”.
“Después de muchísimos ingresos y pruebas, los neurólogos de Camagüey no habían encontrado un diagnóstico. Cansada de esto remití cartas de quejas a diferentes lugares, incluyendo al Ministerio de Salud Pública (MINSAP)”, explicó.
En septiembre de 2018 el médico Carlos Rafael Morales la habría visitado en su casa para decirle que la iban a ingresar con el objetivo de remitirla a un hospital de La Habana “donde hay mejores imágenes”.
“A los cinco días de estar ingresada este mismo médico me plantea que me darían el alta, sin diagnóstico ninguno, y que me regalarían los medicamentos—Meclozina y Vitaminas—. Discuto con él y le digo que en eso no se había quedado, y que yo no me iría a ninguna parte”, contó la señora.
“A los 16 días voy a la dirección del hospital a preguntar qué pasaría conmigo y me encuentro al director, Miguel Emilio García, en el pasillo. Le hago la pregunta y me dice que él no sabía de lo que yo le estaba hablando, pero que me sentara en el salón de espera, que Carlos Rafael Morales estaba en una visita de rutina en el hospital, que iría a buscarlo para determinar la situación”.
Flor María relató que mientras esperaba junto a su amiga Ángela Pérez Baró, que la había ido a visitar, dos hombres, uno de los cuales se identificaría luego como oficial de la Seguridad del hospital, preguntaron por ella y la condujeron a empujones hacia la oficina de Atención a la Población del hospital.
“A la oficina también entraron dos o tres policías. Trato de preguntar qué pasaba, no me dejaron, me quitaron el celular, me mandaron a sentar y empezaron a gritarme insultos, mentiras, groserías. Traté de rebelarme, me volvieron a empujar. Finalmente me dijeron que firmara un papel y me largara del hospital porque si no iría detenida y me acusarían de ‘Atentado y Desacato’”, señaló la mujer.
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“Tuve que abandonar el hospital bajo amenazas y coacción, sin diagnóstico y sin tratamiento. Nunca del hospital se presentó nadie en aquel lugar. Solo al final, entró la funcionaria de Atención a la Población, Elba, pero jamás abrió la boca mientras sucedía todo aquello”.
“No me dieron el alta porque ningún médico me dio ningún documento de egreso fui claramente obligada a salir del centro”, puede leerse en una copia de una de las cartas de denuncia que envió la señora a la redacción de ADN CUBA.
Ángela Pérez Baró, la amiga de Flor María, confirmó lo sucedido dentro de la oficina de Atención a la Población, y asegura que también a ella le quitaron el teléfono. “Me mandaron a poner las manos en la espalda porque les dije que ellos eran un órgano represivo en contra de una mujer enferma y hospitalizada”.
Mantecón Salina considera que lo sucedido fue una represalia por ejercer su derecho a la libertad de expresión, porque “nunca me quedo callada ante nada ni ante nadie, digo verdades en sus caras, y se sabe que en este país estas cosas están prohibidas, si no haces lo que el régimen quiere te hacen todas estas barbaridades”, comentó en su denuncia.
La señora dice que escribió cartas sobre lo sucedido al ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, al General Raúl Castro, y al actual presidente de la República, Miguel Díaz-Canel. Flor María alega que, como respuesta, le notificaron que la ingresarían directo en La Habana, pero que tendría que olvidar el incidente sucedido en Camagüey.
“Me negué rotundamente diciéndoles que prefería morir”, concluyó Flor María, y dice que desde entonces ha estado en su casa, sin asistencia médica, y sin diagnóstico definitivo a su padecimiento.
ADN CUBA intentó obtener declaraciones de funcionarios del Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech. En reiteradas ocasiones llamamos a distintos números telefónicos sin lograr la comunicación. Incluso en el número de Asistencia a la Población nadie atendió a las llamadas durante una jornada laboral; la línea no cuenta siquiera con un contestador automático que permita a la población o la prensa dejar mensajes.
Asimismo, el director del Hospital no respondió inmediatamente a una solicitud de declaraciones enviada por correo electrónico.