La canastilla: un agujero en el bolsillo de los padres cubanos

Los papás tenemos que gastar muchísimo dinero cuando viene un niño al mundo; solamente en juguetes se nos va a vida, comentó un cienfueguero, recién convertido en padre
La canastilla, otro dolor de cabeza para los padres cubanos
 

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Desde el triunfo de la “Revolución” en 1959, el gobierno entrega a las mujeres embarazadas la famosa Canastilla, que en sus inicios satisfacía la demanda de la población.

Al principio consistía en varias piezas de ropa para los niños, algunos zapatos, pañales, culeros, tela antiséptica, toallas, mosquiteros, pomos de leche con teteras, tetes, crema corporal, aceite para el cabello, juguetes, una cuna, entre otros artículos, lo cual ahorraba al bolsillo de las familias grandes sumas de dinero.

Pero hoy son menos artículos. Sólo le dan a las embarazadas un juego de short con pullover y un pomo de leche, tela antiséptica y dos toallas, además de un juguete de goma.

“Cuando yo parí solo me dieron un pullover, un calzoncillo, un pomo para la leche y un juguetico. Dice mi mamá que antes daban muchas cosas, pero yo no corrí con suerte”, cuenta Yoanna Sarduy.


“Los papás tenemos que gastar muchísimo dinero cuando viene un niño al mundo; solamente en juguetes se nos va a vida”, Omar Santiesteban, un papá que se encontraba a las afueras del materno de la provincia de Cienfuegos, en espera de que su esposa diera a luz.

Las tiendas expendedoras de artículos en CUC, que es donde único se encuentran los juguetes para niños, tienen precios altísimos. Por poner un ejemplo, un peluche oscila entre 8 y 12 dólares, la mitad del salario mensual de un trabajador cubano. También dentro de este grupo entran los culeros desechables: el precio del paquete puede llegar hasta los 14 dólares.

Es aquí cuando entran a formar parte de esta historia los revendedores ambulantes, quienes tienen los paquetes de culeros desechables hasta en 20 dólares cuando no se encuentran en las tiendas. Según algunos entrevistados, dichos establecimientos no tienen la oferta cubierta para la demanda actual.

Se evidencia un desabastecimiento de artículos como juguetes, jabones para bebés, champú, cremas corporales o las famosas Colonias Bebito.


“Mi familia que vive en Estados Unidos ha tenido que mandarnos todo, desde el tete hasta la máquina para extraer la leche del seno porque en Cuba no hay nada y cuando te lo encuentras está a sobreprecio. Ni yo, que recibo remesa de Estados Unidos, puedo costear productos así”, dijo Camilo Antúnez, padre de dos niños, uno de un año y el otro de tres.

“Las cunas y los corrales para niños son los que más nos han golpeado. Por ejemplo, la cuna de mis niños costó 3000 pesos cubanos, que son 120 dólares, que es lo que cobro yo en unos 7 meses de trabajo, y el corral, 1500, mi salario de dos meses y medio”.

Los padres cubanos, a veces tienen que agenciárselas como magos para poder sacar adelante a sus familias. 

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