Inaugurar lo insignificante: Díaz-Canel inaugura panadería en Santa Clara

Mientras los ciudadanos denuncian lugares en peligro de derrumbe y se quejan por la anunciada falta de productos de higiene hasta abril, y la escasez, el régimen cacarea la inauguración presidencial de una panadería que, de antemano sabemos, no se sostendrá en el tiempo más que unos pocos meses
Díaz-Canel sabe hasta de pan. Foto: Carlos Rodríguez Torres/Vanguardia
 

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La noticiabilidad en la prensa oficial de Cuba no mejora. En vez de encarar con una perspectiva crítica y de cuestionamiento al poder las grandes problemáticas sociales, económicas y políticas, como sucede en la mayor parte de los regímenes contemporáneos, el discurso mediático se sigue centrando en reuniones, actos y recorridos de los grandes líderes que poco aportan al mejoramiento real de las condiciones de vida en el país.

Claro, que no fuera así sería lo raro en un sistema totalitario, de partido único, en el que lo único importante, aunque los derrumbes se sucedan uno tras otro y la escasez impere, es que el “pueblo” vea que los dirigentes se mueven por el país para “partirle para arriba a los problemas” y proponer soluciones vacías que suenan bonitas, pero al final no se concretan.

En una muestra más de todo ello, la prensa oficial da bombo y platillo a la inauguración que hiciese este sábado el presidente Miguel Díaz-Canel de una panadería en Santa Clara. Si bien el pan es infaltable en el día a día del cubano, inaugurar una panadería, en un contexto de derrumbes, escasez de combustibles y productos de aseo, es como inaugurar lo insignificante.

Pero el oficialismo no le ve igual. Para su séquito, que el presidente, luego de asistir a la toma de posesión del gobernador y vicegobernadora de Villa Clara, haya dejado inaugurada en la calle Colón, en la capital villaclareña, la panadería Nuevo Amanecer, es una muestra del compromiso gubernamental con la alimentación del pueblo.

El periódico Vanguardia refiere que la panadería “es una de las cuatro de su tipo existentes en la capital villaclareña, que ofrecen variados surtidos a la población”, como galletas y dulces. Entre estos últimos, se invierte un párrafo de la nota para destacar que hay “panqués, pasteles, mantecados y otras confituras, así como refresco embotellado, helado, fideos y coditos, a precios del mercado industrial”.

Asimismo, no puede faltar la referencia de las oportunas indicaciones presidenciales durante su recorrido por la instalación, ya que Díaz-Canel es tan sabedor, que hasta en materia de repostería puede aportar opiniones valiosas. De tal suerte, “se interesó por los surtidos y el equipamiento instalado allí, que satisfará parte de la demanda de estos artículos con destino a los santaclareños”.

Y así, mientras los ciudadanos siguen denunciando lugares en peligro de derrumbe, y se quejan por la anunciada falta de productos de higiene hasta abril, la escasez de gasolina, lo malo que está el transporte, y lo difícil que es comer de manera decente y disfrutable, el mainstream del régimen cacarea una panadería que, de antemano sabemos, no se sostendrá en el tiempo más que unos pocos meses.

 

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