El humorista cubano, Ramón Mustelier, mostró su indignación en redes sociales luego de hacer una cola de tres horas para entrar a la Ferretería Náutico, de La Habana, que es en moneda libremente convertible.
Según contó en su Facebook, se dirigía a ese establecimiento para comprar dos tazas sanitarias y lo hicieron perder el tiempo "miserablemente", manifestó.
"Sin tener dos neuronas de razonamiento y decirle a las personas en la cola qué cantidad de productos quedan y así no hacerle perder su tiempo y riesgo de estar expuesto a contaminarse", agregó, pues al parecer, no pudo alcanzar el producto que necesitaba.
Mustelier señaló que solo hay dos opciones: comprarla cuando haya a 87 dólares en las tiendas MLC, o a 220 cuc en la plataforma Revolico.
"Hoy fue día que supe que en este país el que no quiera caldo, que se olvide de sus dos tazas", concluyó el humorista.
Las deficiencias del sistema cubano siguen notándose a todos los niveles, incluso, en los establecimientos de "gama alta" y en monedas extranjeras, abiertos desde el 20 de julio.
La escasez está a la orden del día, tanto en tiendas de moneda local, como en las de divisas.
Sin embargo, hay que aguantar que en julio, el ministro de Economía, Alejandro Gil, asegurara que la venta de alimentos en CUP y CUC se mantendría.
Según Gil, el objetivo de las tiendas MLC era captar una "demanda solvente" en el país que puede comprar en dólares u otras monedas estas mercancías, obviamente, a altos precios, pero la venta de artículos incluso en estos centros está regulada, y muchos productos no aparecen.