El vertedero municipal a 5 kms de la ciudad de Holguín inunda las comunidades cercanas con el humo contaminante de sus incendios.
Muchos de estos barrios están aquí sin el consentimiento de las autoridades. “Ellos dicen que somos ilegales y que siempre les hemos molestado, por eso queman la basura y si nos ahogamos con el humo no importa”, comenta Juan Carlos, quien habita en uno de los bajareques que rodean la ciudad.
En el camino hacia Guajabales se encuentra este vertedero gigante bordeado por una cerca de Cardona y que cubre unos 3 kms cuadrados. Allí los desechos se apilan en lomas que, a decir de los testigos, “son muy grandes”.
Antes, enterraban la basura en zanjas. Pero “desde que un buldócer rompió un cable de comunicaciones del ejército mientras cavaba en la tierra, ya no han vuelto a enterrar la basura y ahora la queman. Todo el humo y las moscas vienen con el viento hacia acá”, comenta un vecino al que todos llaman “Cremita”.
La comunidad de los “sin tierra” se encuentra a unos 6 kilómetros de la ciudad. Allí sobreviven de disímiles maneras unas 50 familias, entre ellos hay mujeres en estado de gestación, niños y ancianos.
Debido a las pésimas condiciones de vida en los campos, la falta de empleo luego de la destrucción de los centrales azucareros, muchos han emigrado a estas zonas para disgusto de las autoridades que, en no pocas ocasiones, han usado la fuerza y la violencia para desalojarlos, pero sin éxito.