El diario Granma acaba de publicar un texto donde se pasa factura a la época republicana (1902-1959), la Constitución de 1940, los críticos de la Revolución y las redes sociales. Todo en uno.
El medio oficialista publica la entrevista al profesor de Historia de la Universidad de La Habana, Fabio Fernández, quien propone “volcar nuestras verdades” —entiéndase, las del gobierno— en redes sociales, para combatir las del “enemigo”.
La razón de esto es contrarrestar a los críticos. “Las fuerzas hostiles a la Revolución se han volcado al uso de internet, en especial de las redes sociales, como plataformas de ataque contra la Isla. El discurso contrarrevolucionario (…) se encuentra posicionado en innumerables sitios web que bombardean, día tras día, las conciencias de muchos cubanos”, especifica.
“El factor común (…) es toda una trama de financiamiento que proviene de centros gestores de la política exterior estadounidense. Hay bastante dinero destinado a horadar la resistencia de Cuba, a través de las vías que ofrece el intercambio permanente que supone vivir online”.
Como si no fuera poco, en las redes hay discursos más intelectuales, que atacan las versiones oficiales sobre el pasado de Cuba, por ejemplo, sobre la lucha revolucionaria que antecedió y precedió el triunfo de 1959. Un intento por vindicar el modelo político de la República.
“El interés por vindicar el modelo político republicano nace del afán por deslegitimar el poder constituido tras el triunfo revolucionario de 1959; ancla en la construcción discursiva de una ‘Cuba mejor’ supuestamente destruida”, opina el especialista.
Pero tal vez lo mejor de la entre vista es el contrapunteo oculto entre el entrevistador (Javier Gómez) y el entrevistado. Da la impresión de que el primero desea sacar discursos sin matizaciones, llenos de panegíricos a la Revolución y críticas a sus críticos, del entrevistado.
Pero el profesor Fernández, aún dentro de la lógica del oficialismo, da explicaciones y no oculta muchos errores de los comunistas, aciertos de la Constitución del 40, entre otras cosas, obviamente dentro de su área de estudio. Por ejemplo.
Entrevistador: “Persiste cierto regodeo en las diferencias entre las tres organizaciones revolucionarias principales en la lucha contra Batista: el Movimiento 26 de Julio (M-26-7), el Directorio Revolucionario (DR) y el Partido Socialista Popular (PSP). ¿A quién resulta funcional políticamente resaltar esas divisiones?”
Entrevistado: “Divide y vencerás es una vieja máxima de suma utilidad en la política. Los enemigos de la Revolución siempre la han puesto en práctica y no creo que eso cambie. Ahora bien, la definición de la estrategia enemiga no implica desconocer nuestras fallas a la hora de analizar el complejo proceso de estructuración de un frente unitario entre las fuerzas revolucionarias. La concreción de la unidad entre el M-26-7, el DR, el PSP y combatientes de otras organizaciones que solemos olvidar fue difícil. Decir lo contrario equivale a mentir. Queda mucho por indagar en esta línea investigativa, amén de pasos sólidos que se han dado desde hace algunos años”.