Iliana Hernández: “cuando difaman de mí es porque estoy haciendo un buen trabajo”

A Iliana Hernández Cardosa no le podemos decir periodista porque la Seguridad del Estado “está deseando meterme presa”, dice esta guantanamera, muy popular por haberse planteado retos que pudieran parecer insuperables a otra persona.
 

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A Iliana Hernández Cardosa no le podemos decir periodista porque la Seguridad del Estado “está deseando meterme presa”, dice esta guantanamera, muy popular por haberse planteado retos que pudieran parecer insuperables a otra persona; sin embargo, ella confiesa que “siempre he hecho todas las cosas que me han gustado y siempre me han salido bien, yo no sé por qué”, será por las ganas que le pone, esa fórmula no la tiene nadie.

Ahora es “Community Manager, que es ser administradora de redes sociales y creadora de contenido” y además para mantenerse dentro de la ley, “fui a la ONAT a preguntar qué licencia podía tener y como hago videos, saqué la licencia de fotógrafa”, explica Hernández.

Antes trabajó en Sol Visión “como modelo de la televisión” en Guantánamo y luego creó Lente Cubano. Desde muy joven “empecé a ver todo el mundo audiovisual y me gustó mucho y toda esa experiencia que he tenido a lo largo de mi vida, me ha llevado a ser lo que soy hoy”, una aventurera a la que “el audiovisual enamoró”.

Iliana Hernández Cardosa ha sido la segunda cubana en terminar el Marathon des Sable (MTs), que consiste en atravesar 240 km del desierto de Sahara durante seis días, cargando una mochila con comida y agua.

Cuando yo tenía 21 años intenté salir ilegalmente del país por la Base Naval de Guantánamo”— recuerda estableciendo paralelos entre sus vivencias—, “y decidí entrar en el maratón, al ver que era lo mismo que había vivido en esa ocasión, no tenía agua, no tenía comida, ni médicos. No tenía nada y estuve tres días” y como no lo logró esa vez, lo intentó con el maratón.

 

 

El MTs está considerado “uno de los maratones más duros del mundo y lo puedes andar o correr”, y distribuye por día la caminata, “37 km el primer día, 92 otra etapa y 42 otra, las siguientes fueron de 37 y 38, para hacer 240km. Y dormía en haimas (tiendas de campaña para el desierto), en el suelo, por eso cada noche que duermo en el calabozo para mí no es nada. Después que pasas el Marathon te puedes comer el mundo”. Iliana recomienda la experiencia y anuncia que tiene un libro pendiente, pero que es “muy vaga para escribir”.

Pese a que no puede ejercer el periodismo exhorta a “cada cubano que con su teléfono en la mano pueda ser un periodista porque hay que abrirse como quiera. No podemos dejarnos imponer unas reglas que ya están fuera de temporada, y debemos llevar la noticia que no hace la televisión a las redes. Dar la noticia verdadera”, comenta.

Las “ciberclarias” y otros con trabajos más fijos se han ensañado contra ella, pero “no me han podido decir que he dicho alguna mentira y cuando me han llamado mentirosa, resulta que semanas después ha salido que es real” y pone como ejemplo que en una de sus directas anunció que en Guantánamo y en Santiago de Cuba la gente estaba comiendo gatos y perros, y hace poco se hicieron públicas las imágenes de un muchacho desollando un gato.

Esas son realidades que tenemos que denunciar y si no lo hacen los periodistas oficiales que cada cubano lo haga porque aquí todo no es color de rosa como lo pintan en la televisión”, comenta, y habla de sus directas en CiberCuba, “conozco a Luis Manuel Mazorra en internet. Mi trabajo fue una casualidad. Le pido un trabajo para una persona que es oficialista y que quiere dejar de trabajar en los medios cubanos porque dice que siente asco por lo que está haciendo. Me dice que sí, pero que también tiene una oferta para mí”, y la invitan a hacer lo mismo que hacía desde su perfil de Facebook en esa plataforma de noticias.

Quizás la cantidad de citaciones, las veces que su casa ha amanecido vigilada, los interrogatorios, o las veces que ha sido arrestada por generar información en la red está en proporción con la popularidad que tiene en el medio para el que trabaja.

En CiberCuba tengo, para que no se confundan los de la Seguridad del Estado, un espacio de opinión audiovisual”, aclara con un eufemismo, bajo el cual recibiría menos represión.

 

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